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«La Reforma está en marcha», dijo el rector

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«Si uno ve una reforma como quien abre y cierra una puerta, está profundamente equivocado. La Reforma está en marcha»

, dijo el rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arocena en una entrevista al Boletín de Bienestar Universitario.

En los próximos meses el rector de la Universidad de la República, Dr. Rodrigo Arocena estará dejando el cargo, tras dos períodos consecutivos al frente de la institución (2006-2010 y 2010-2014). En entrevista concedida al Boletín de Bienestar Universitario, Arocena hizo un balance de su gestión, de su propuesta de segunda reforma universitaria y de las políticas aplicadas para incrementar el acceso, la permanencia y la culminación de estudios terciarios.

- ¿Qué evaluación hace de los logros y temas pendientes de su gestión al frente de la Udelar?

-Lo más importante es quitarle todo el aspecto personal al asunto. El rector es el funcionario de mayor responsabilidad de la Universidad, nada más que eso. Por lo tanto, los logros son de la Universidad. La Universidad inició un proceso para cambiarse a sí misma. El año 2006 fue un año de elección rectoral que llevó hasta la tercera convocatoria a la Asamblea General del Claustro. Para quienes tienen una visión superficial de la democracia universitaria podría llevar a pensar que esta Universidad salió fraccionada y segmentada de esa elección. Pero lo hizo con una gran discusión y de esa discusión se logró construir un programa de cambios.
Poco tiempo después, el 31 de marzo y el 15 de abril de 2007, se realizaron las Jornadas Extraordinarias y el Consejo Directivo Central (CDC), definió por unanimidad los lineamientos para una nueva reforma universitaria. Hemos definido y apuntado a una nueva estrategia para el interior del país que está dando resultados.
Dijimos que íbamos a curricularizar la extensión, y la hemos curricularizado. Por supuesto que en extensión y en otros ámbitos, la mayor parte de las tareas están por delante, pero están encaminadas.
Dijimos que necesitábamos una ordenanza de estudios de grado; ahora la tenemos y estamos actualizando todos los planes de estudio de la Universidad, por primera vez, con criterios definidos en conjunto.
Dijimos que necesitábamos aprovechar mejor la investigación que la Universidad hace para colaborar con el desarrollo. A través de las Jornadas de Investigación e Innovación orientadas a la inclusión social, o las jornadas conjuntas con Ancap, estamos en camino hacia eso.
Dijimos como Universidad, que necesitábamos avanzar hacia la transformación de la estructura académica, por ejemplo, creando un espacio interdisciplinario, y el mismo fue creado y está funcionando.
Dijimos que necesitábamos hacer un esfuerzo especial en materia de formación de los funcionarios. Se creó la tecnicatura en gestión universitaria y su plan de estudio; este año tendremos los primeros egresados. Recientemente el CDC aprobó la creación del Instituto de Capacitación y Formación de los Funcionarios Universitarios.
Dijimos que necesitábamos comunicar mejor a la sociedad. Se ha generalizado en la institución, no sólo a nivel central, sino en diversos servicios, una vocación de comunicar a la sociedad mucho más grande. Hacemos nuestra Rendición Social de Cuentas, y la divulgamos.
También dijimos que debíamos prever la infraestructura universitaria con una visión de largo plazo y con una perspectiva académica.
Se puso en marcha el Plan de Obras de Mediano y Largo Plazo. Quisiera subrayar que si hay algo ajeno es el exitismo. Hemos hecho cosas; tenemos carencias y asignaturas pendientes.

 

- ¿Hay quienes sostienen que usted no pudo concretar la segunda reforma universitaria?

- Que impulsé con otros una reforma, no tengo dudas. Pero es una apreciación poco informada decir que la Universidad no pudo aplicar esta reforma. El 26 de marzo se eligieron las autoridades de los centros universitarios regionales del Noroeste y del Este. Son construcciones institucionales totalmente nuevas. No había ni el proyecto de esto, hace siete años. Las construcciones académicas son construcciones de largo plazo. El CDC encomendó trabajar en la construcción del Centro Universitario Regional Noroeste, y hay quienes decían que esta propuesta no iba a funcionar porque Salto y Paysandú no podrían trabajar juntos. Sin embargo, el Centro se creó y funciona.
Si uno ve una reforma como quien abre y cierra una puerta, está equivocado. Lo que afirmo con convicción, es que la Reforma está en marcha. El 11 de junio del año pasado, el CDC aprobó por unanimidad un documento que se denomina: «Universidad de la República, 2005-2020, hechos y propuestas a la hora de la Rendición de Cuentas», y allí el cogobierno universitario evalúa que está en marcha una reforma universitaria. Uno de los aspectos a destacar de este proceso es el conjunto de esfuerzos nuevos que se están haciendo para que más estudiantes accedan a la Universidad, no se nos vayan en el transcurso de sus estudios, y puedan culminar. Hace 8 años teníamos un promedio de graduación de unos 4 mil estudiantes anuales y actualmente estamos entre 5,5 y 6 mil. Entonces, los esfuerzos comienzan a dar resultados.

 

- Hay una tendencia en la opinión pública sobre que la Udelar no está lo suficientemente presente en el interior del país. ¿Qué opina de esto?

- A la opinión ciudadana le costó darse cuenta que la Universidad estaba en una nueva etapa en el Interior, pero empieza a reconocerla. En los últimos años, los parlamentarios lo reconocen claramente. En conversación con la mayoría de los intendentes, esto aparece. Uno de ellos me dijo: «cuando ustedes vinieron, hace unos años, yo no creía lo que iban a hacer. Hoy veo que es una realidad».
Son hechos incipientes e insuficientes, pero concretos. En Maldonado, Rocha, Treinta y Tres, Tacuarembó, Rivera, Salto y Paysandú hay carreras, equipos docentes y estudiantes nuevos. Poco a poco se va captando el gran esfuerzo hecho por nuestros compañeros para entrar en una nueva etapa en el Interior. En el año 2000 se inscribieron 600 estudiantes en los cursos que la Universidad daba en el Interior. En 2013 se inscribieron 2400 estudiantes.
Por los esfuerzos realizados y porque se comunica más, empieza a notarse el proceso de descentralización y regionalización, así como un proceso de cambio. Recientemente un legislador difundía un hecho que le había impresionado de la Universidad. Es que el 54% de los estudiantes universitarios son hijos de padres que el Uruguay no le dio la posibilidad de pisar una institución de enseñanza terciaria. Son primera generación que llega a la Universidad. Por un lado es una satisfacción; por otro, un compromiso enorme, porque tenemos que garantizar de que no se vayan. Para ello quiero destacar el papel que viene desarrollando el Programa de Respaldo al Aprendizaje (Progresa), que fue creado en 2006 para combatir la desvinculación y es una herramienta fuerte para acompañar a los estudiantes y evitar que se desvinculen. Colabora con el Inju, y el programa Compromiso Educativo de la ANEP.
Los cambios en curso incluyen un esfuerzo redoblado para que más estudiantes puedan culminar su enseñanza a nivel terciario. Con la Reforma Universitaria se quiere avanzar hacia la generalización de la enseñanza terciaria, para que los estudiantes puedan terminar un ciclo de estudio. Hoy por hoy, no se egresa de la enseñanza. El gran desafío es vincular educación y trabajo, para que todos a lo largo de la vida sigan aprendiendo en conexión con el trabajo.
Si uno se fija cómo ha crecido la graduación terciaria en el país en los últimos siete años y se mantiene la línea de crecimiento, un niño que haya nacido hoy, tiene un 50% más de chance de tener una formación terciaria.
Estamos en la buena dirección si el país insiste en las inversiones y si toda la educación pública se propone seguir cambiando y profundizando los cambios.

 

- Entonces ¿cómo se explica la creación de la Universidad Tecnológica?

- Es importante el trabajo conjunto que lleva adelante la Universidad de la República y la UTU. Se han venido abriendo, año a año, tecnólogos nuevos, en distintos puntos del país. Eso muestra la vocación de la formación avanzada, pero no necesariamente para el doctor tradicional. El asunto es también dar otras formaciones, más allá de las tradicionales. Hay nuevas carreras en el interior del país que apuntan directamente a tecnologías para el desarrollo nacional. Por ejemplo, las licenciaturas en Ingeniería Biológica, Gestión Ambiental, Ingeniero Forestal. Todo el mundo puede llegar a tener formación terciaria, pero no necesariamente en las carreras tradicionales.
Hace unos años, la Universidad tenía poco más de 60 carreras de grado y hoy tiene unas 100. Hay que diversificar la oferta. Si queremos que mucha más gente estudie, hay que ofrecerle una gama de oportunidades más amplia.
En 2007 la Universidad de la República adoptó una resolución muy importante que es un cambio en lo que era la opinión predominante hasta ese momento. Dijo con claridad: No queremos ser la única institución pública de enseñanza terciaria. La Universidad tiene que mejorar y hacer más, pero eso nunca es suficiente. Se necesitan otras instituciones, y la Universidad ha colaborado con las propuestas o las creaciones. No vemos a la cosa como una competencia entre la Universidad de la República y otras instituciones. La UTU enseña a nivel terciario, entonces, podemos hacerlo juntos. Con respecto a la creación de la Universidad Tecnológica, dijimos desde un principio que estábamos para colaborar. Dentro de 25 años será natural el ingreso a la enseñanza terciaria. Para cumplir con ese objetivo, puede la Universidad pretender ser el único actor en la cancha. Desde 2007 dijimos: queremos que se creen nuevas instituciones terciarias, pública, cogobernadas, gratuitas y estrechamente coordinadas entre sí.

 

- En los últimos años la educación ha estado en la agenda política de nuestro país y hubo cuestionamientos sobre los resultados que ha tenido.

- Que la educación tiene dificultades, no hay ninguna duda. La Universidad tiene dificultades. Si creyéramos que todo está bien, no hubiéramos hecho el esfuerzo para una nueva reforma. Desde la vocación de defender lo bueno y de reconocer las carencias de la institución fue que se impulsó el proceso de cambios. La educación pública tiene dificultades. La educación hay que defenderla, mejorarla y transformarla.
¿Es justo o injusto que la educación pública esté en la situación que está ante la opinión pública? Creo que hay una buena cuota de falta de información. Por eso, entre las líneas de la reforma universitaria priorizamos la comunicación. La Rendición Social de Cuentas es nuestro pequeño aporte a eso.
Por otro lado el país no tiene perspectiva cierta de desarrollo si no mejora la educación. Aunque se digan muchas cosas con poca información y algunas con mala intención, bienvenida sea la atención a la educación, porque eso va a ayudarnos para transformarla. Pasamos años diciendo, se mejoró la inversión pública, pero todavía no es suficiente. Hemos visto en los últimos meses, en el debate político nacional, que empieza a hacerse más firme la idea de que hay que invertir más. Eso es un paso adelante. Empiezan a haber distintas propuestas de cambio. El mundo está cambiando demasiado rápido como para pensar que Uruguay puede consolidar el progreso económico y social de estos últimos años si no transforma profundamente la educación.
Lo importante es que el país le preste atención al tema y lo priorice.

 

- ¿Qué acciones concretas se llevan a cabo para evitar la deserción en el estudiantado?

- Ya mencioné el Programa de Respaldo al Aprendizaje que apoya al estudiante desde antes que culmine la enseñanza secundaria. Les ofrece orientación vocacional, el respaldo de tutores estudiantiles, talleres de aprendizaje. Otras son las que se hacen en las distintas facultades, bajo el título de diversificación de modalidades de enseñanza.
Si todos los estudiantes universitarios cuando llegan a la institución vinieran con la misma información y con la misma situación social, entonces les podríamos ofrecer el mismo tipo de enseñanza. Pero no es así. Llegan con una formación crecientemente heterogénea. Buena parte de nuestros estudiantes trabajan, y algunos lo hacen mucho. El 36% de nuestros estudiantes trabajan más de 30 horas semanales. No le puedo ofrecer el mismo curso al estudiante que trabaja que a quien no lo hace. Además, si llegan con una formación previa muy distinta, el panorama se complica aún más.
Distintas facultades ofrecen cursos a diferentes horarios, modalidades y distintos períodos. Así como cursos con tutorías especiales. Algunas facultades ofrecen en el segundo semestre cursos de apoyo en matemáticas. Hay cursos de Introducción a la Vida Universitaria de manera diversa. Todos los Servicios tienen su Unidad de Apoyo a la Enseñanza que funcionan en Red. Se ofrecen cursos a la Comprensión Lectora. Para este apoyo juegan un papel fundamental los propios estudiantes de años más avanzados. Lo que más me entusiasma son las tutorías estudiantiles, que son solidaridad y también una manera de aprender. Además de ser solidario con el estudiante que se inicia, para el tutor es una experiencia educativa donde se aprende enseñando. Las tutorías son un mecanismo útil para que los estudiantes no se vayan y es una forma de hacer solidaridad. La inscripción en la Universidad con alguna materia previa, es algo ya establecido. Algunas facultades hicieron una cosa todavía mucho mejor, que es un ciclo de inscripciones a principio y otro a mediados de año. Se puede entrar con mucha más facilidad a la Universidad. Se ha simplificado el tránsito entre una facultad y otra. Pero nada de eso está terminado y está en camino.

 

- ¿Cómo tomó la resolución judicial de prohibir las fotocopias de libros que ocurrió a fines del año pasado?

- Soy muy respetuoso en lo que tiene que ver con los mecanismos de la justicia. Lo que importa es multiplicar los mecanismos de acceso al conocimiento. En la Facultad de Derecho se dio un evento conjunto entre el IMPO, la Fundación de Cultura Universitaria y el Centro de Estudiantes de Derecho para facilitar el acceso a un conjunto de textos por vía electrónica. Otro aspecto que va en la buena dirección es el relacionado con los Entornos Virtuales de Aprendizaje (EVA) para que haya acceso a cursos y textos. A corto, pero principalmente a mediano y largo plazo, el problema de la prohibición de las fotocopias de libros se va a ir resolviendo, sobre todo por la vía virtual. Es la manera más barata, eficiente y cómoda para los jóvenes. La Universidad creó a fines del año pasado el Repositorio abierto de publicaciones, que comenzará a funcionar en el correr de este año con la idea de que los materiales producidos por la Universidad estén en forma correcta y legal en disposición abierta. Por diversas vías se irá abriendo el acceso a los materiales de estudio y al conocimiento en general. La Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) tiene el portal Timbó, que permite el acceso a una gran cantidad de materiales de estudio.
Lo que hizo el incidente de las fotocopiadoras fue poner en la agenda nacional la necesidad de acelerar el acceso a los materiales de estudio.
Las teleconferencias sirven tanto para el aprendizaje como para el funcionamiento del cogobierno. Si se va a la Comisión Coordinadora del Interior, verá que funcionan con teleconferencias. En vez de que los compañeros del interior tengan que venirse a Montevideo, que puedan participar de esa forma, es excelente. En términos educativos es de una ventaja tremenda. Forma parte de lo que ofrecen las nuevas tecnologías. No nos olvidemos que hay que utilizar la tecnología para la educación a distancia, pero nunca hay que dejar de lado los componentes presenciales. Toda la enseñanza debiera ser semipresencial. En mi época de estudiante la fotocopiadora era toda una novedad. Hoy, con los EVA y cosas parecidas, se puede manejar una bibliografía y elegir la mejor.

 

- ¿Cuál es la posición de la institución ante el planteo de las gremiales de funcionarios sobre los concursos?

- Yo entiendo que al día de hoy no estamos en un conflicto. AFFUR y UTHC plantearon en febrero su discrepancia radical con una resolución unánime del CDC del 22 de octubre pasado que tenía que ver con concursos de funcionarios. Como pensamos que los concursos son muy importantes para la Universidad y para los funcionarios, y es algo que no se puede hacer a contrapelo y en un clima de inquietud, lo primero que hicimos fue suspender los concursos. Lo segundo que hizo el CDC fue dejar en suspenso la resolución del 22 de octubre, para buscar entre todos soluciones mejores. Ahora funciona una Mesa de Negociación Bipartita entre la conducción universitaria y los gremios de funcionarios buscando mejores soluciones. Desde el primer momento el equipo rectoral dijo: hay varias soluciones y tenemos que llegar a un acuerdo en un clima de serenidad. El 22 de octubre, el CDC después de mucho debatir llegó a una solución unánime. Tres meses después, los funcionarios dijeron que no le parecía adecuada. Entonces, empecemos a conversar de nuevo. La Asociación de Funcionarios cambió de posición, y eso es legítimo. El tema es complejo y hay que conversarlo con calma. Un equipo rectoral que está por terminar su gestión en pocos meses, no puede adoptar una solución facilonga de apoyar cualquier propuesta con tal de postergar el problema para después. Tenemos que buscar una buena solución para que la próxima conducción universitaria no se encuentre con una especie de bomba de tiempo. Por eso hay que tener mucha calma y disposición a conversar.
Los concursos son la vida misma de la institución. Esto se puede vincular con la capacitación y la formación. Uno quiere, en primera instancia, una institución transparente, donde el ingreso y el ascenso no sean nunca la voluntad del jerarca o el favor de alguien, sino el mérito, la capacitación y el servicio a la institución. Que haya concursos, establecidos de una manera clara y realizados de una manera transparente, para los cuales los funcionarios se puedan capacitar, es clave.
Al funcionario que recién ingresa a la Universidad, le decimos que le ofrecemos un empleo en una institución que le sirve a la República y posibilidades de ir combinando formación y experiencia para ir avanzando en su carrera. Sueño con una universidad que probablemente no veré, pero que probablemente exista: es una Universidad donde todos sus funcionarios trabajen y estudien a la vez, y lleguen en algún momento a tener una formación de nivel terciaria. ¿Para qué cosa no se va a necesitar más formación? Para eso existe la Tecnicatura en Gestión Universitaria y para eso estamos creando el Instituto de Capacitación. Si nosotros pretendemos universalizar la enseñanza terciaria, entonces empecemos por nuestros funcionarios.

 

- ¿La Udelar está trabajando para implementar retiros incentivados?

- En el tema de los retiros incentivados hay dos aspectos: Uno es el presupuestal. Cuando hubo disponibilidad de recursos se hizo un programa para retiros incentivados. Para ello, tenemos la gran limitante presupuestal. La cuestión es material, pero también psicológica. Cuando uno de golpe deja de trabajar, es un shock muy importante. Por lo tanto, el acompañamiento psicológico, el respaldo y la posibilidad de que el retiro no sea abrupto sino gradual. Que la experiencia de un veterano funcionario pueda aprovecharse, y que incluso, no tenga que hacer el horario completo. Que de pronto no tenga las mismas responsabilidades que tuvo que desempeñar durante mucho tiempo, pero que asista con regularidad y colabore. Eso vale para la Universidad y para toda la actividad. No nos equivoquemos: la jubilación fue un enorme avance social. Imagínense cuando se dejaba de trabajar y se quedaba a la buena de Dios. Una cosa es la jubilación en una época en que las personas se retiraban y vivían poco tiempo después, y otra cosa es ahora, cuando la esperanza de vida se ha hecho mayor y el tiempo de la vida pasiva se hace más larga. Por eso el retiro de las personas debe ser gradual para que la persona no deje de sentirse útil, ni quede desconectada con sus compañeros de trabajo, o que la institución pierda de la noche a la mañana esa experiencia. Es en ese marco que tendríamos que pensar los retiros incentivados, el apoyo psicológico y la gradualidad en el retiro. Algo puede hacer la Universidad, pero esto tiene que ser una modificación de la estrategia nacional del país.
En cuanto a los retiros incentivados, tenemos grandes limitantes presupuestales. Esto se hizo hace algunos años cuando había un incremento importante presupuestal. En el quinquenio anterior el crecimiento del presupuesto de la Universidad fue importante. En este último, ha sido mucho menor. En los últimos tiempos ese crecimiento ha sido realmente muy insuficiente. Por lo cual, para este tema y para otros, se plantea una restricción muy grande. Los años 2014 y 2015, no van a ser años sencillos en términos presupuestales para la Universidad.

 

- ¿Cuál es la propuesta de la Universidad de implementar una reforma en Bienestar Universitario?

- Soy partidario de ser franco, tanto en el inicio como en el final del Rectorado. A fines de 2006 difundimos una agenda de prioridades para la Universidad. Allí señalamos tres temas que eran de enorme importancia y que a la vez veíamos en una situación crítica. Uno era la política hacia el interior. Me venía a ver gente de distintas partes a plantearme cosas y yo veía que no teníamos una estrategia clara de cómo responder. Un segundo problema crítico era cómo informa la Universidad. Hoy la gente estará más o menos informada pero nadie puede decir que la Universidad no informa. El tercer tema crítico era Bienestar Universitario. Yo diría con respecto al interior que queda mucho por hacer pero hay una estrategia que se está plasmando en hechos. En el tema de la comunicación, también queda mucho para hacer, pero nadie puede decir que la Universidad no informa. Pero en el tema Bienestar, hemos avanzado menos. Durante mucho tiempo lo que ha hecho la conducción central de la Universidad ha sido manejar situaciones difíciles y respaldar actividades valiosas que se realizan dentro del Servicio.
Se hicieron sucesivos informes y tengo la sensación de que recién hace pocos meses se pudo encauzar un proceso de reestructura en profundidad. Bienestar Universitario tiene dos particularidades que nos obligan a pensarlo en especial. Por un lado, tiene que servir a la población más postergada de la Universidad, es decir, los estudiantes con mayores dificultades. Por otro lado, no tiene a los órdenes todos los días, asistiendo. El manejo de una problemática más grande debe hacerse teniendo la vivencia del cogobierno. Pero en Bienestar tenemos una situación diferente. Los delegados de los órdenes, vez tras vez, renunciaban a la Comisión que existía en Bienestar y no había quiénes los reemplazaran. En una facultad, si renuncia un delegado, hay 200 personas más que pueden ocupar ese lugar. Por eso nos pareció que se tenía que implementar una nueva modalidad. Pensar que el CDGAP pudiera seguir muy de cerca lo que pasaba en Bienestar y además hubiera una decisión de involucrarse en un proceso de reestructura a fondo. Para eso se creó la figura del presidente y se conformó una Comisión Asesora, encomendándole abordar una propuesta integral de reestructura. Está claro que en este período esa reestructura no tendrá lugar. Es una asignatura pendiente, pero hemos colaborado a reencauzar el tema.
No podemos pensar a Bienestar Universitario como cualquier facultad. Se requiere de una urgencia en el tratamiento de las situaciones y el hecho de que los órdenes no tienen la presencia cotidiana.
Cabe consignar la cooperación que hay entre el Fondo de Solidaridad y Bienestar Universitario. Hay más de 6000 becas que vienen del Fondo; por lo tanto la colaboración en el proceso de selección y seguimiento de los becarios es una cuestión clave.
En 2010 el Fondo de Solidaridad pudo decirnos que el 14% de los graduados de ese año tuvo becas de ese organismo. En 2011 el porcentaje aumentó al 17% de los graduados; en 2012, el 18% tuvo becas de apoyo. Allí hay un esfuerzo nacional.

FUENTE: http://www.universidad.edu.uy/prensa/renderItem/itemId/35239/refererPag…

Publicado el Martes 22 Abril, 2014

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