Y en un escenario de gran incertidumbre, donde no podemos controlar ni predecir a ciencia cierta cómo nos seguirá afectando, debemos movernos en lo personal, en lo familiar y como comunidad, frente a un futuro desconocido y que en gran medida depende de nuestras decisiones individuales y colectivas.
Reacciones esperables
Las reacciones que presentamos frente a la pandemia serán muy diversas, dependiendo de los factores de riesgo y protectores que tengamos a nivel personal y social. Lo que es muy importante es dimensionar esas reacciones como comunes ante un evento que es extraordinario. Por tanto la mayoría de esas reacciones y comportamientos no debieran mirarse desde la patología sino como adaptación y defensa ante una realidad que sentimos que no podemos controlar.
Estas reacciones pueden manifestarse en lo inmediato o luego de unos días. No todas las personas las presentarán y su intensidad puede ir variando. En la mayoría de los casos las personas pueden mitigarlas desplegando sus estrategias de afrontamiento personales y comunitarias. También depende de nuestra edad y nuestras historias, cómo hemos sobrellevado experiencias que nos han desequilibrado en otros momentos, de los grados de vulnerabilidad y capacidades.
Las reacciones más comunes a nivel cognitivo son: problemas de atención y concentración, dificultad para realizar tareas automáticas, olvidos, sentirse embotado, tener rumiación de ideas (dar vueltas sobre el mismo tema sin poder controlarlo), preocupación excesiva por uno mismo y por los demás.
Entre las reacciones físicas y más allá de los síntomas propios del COVID-19, podemos sentir frecuentemente dolor de cabeza, fotofobia, hiperventilación, alergias, falta de energía, sensibilidad frente a los ruidos.
A nivel conductual es frecuente la dificultad para realizar tareas rutinarias, verborrea o silencios prolongados, impulsividad, desinhibición o mayor aislamiento del necesario, dificultades para dormir o trastornos del sueño.
El impacto emocional también se manifiesta de diversos modos: angustia, miedo, agobio, enojo, tristeza, culpa y autorreproche, ansiedad.
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