La convivencia laboral frente a las nuevas formaciones subjetivantes. -Un servicio descentralizado del Estado adviniendo flexible-

Valeria Vieyto en su tesis de Maestría en Psicología Social investigó cómo se configura la convivencia laboral frente a las nuevas formaciones subjetivantes en trabajadores de un servicio descentralizado del Estado, en Montevideo.

Formaciones subjetivantes es un concepto sustantivado que alude al incesante y permanente movimiento de producción de subjetividad en el escenario de la Hipermodernidad, producto del Capitalismo Mundial Integrado (CMI). La producción de subjetividad es un proceso de producción social e históricamente determinado que se encuentra en todos los niveles de producción y de consumo, a un nivel inconsciente.

Vieyto parte de la idea de que el encuentro de formaciones subjetivantes  diagramadas a partir de las lógicas capitalísticas con el modo de organización actual del trabajo (flexible) y con subjetividades que responden tanto a las mismas lógicas, como a las que aún perviven producto de la “modernidad sólida”, promueven una serie de tensiones en la convivencia laboral.

Tomó el concepto de CMI acuñado por Guattari (2003) en el entendido de que el capitalismo es mundial y es integrado porque se encuentra en cada rincón del mundo, controla todas las actividades y modos de producción. También el de “Modernidad sólida” desarrollado por Bauman (2009) quien refiere a la modernidad como la época de lo sólido, caracterizado por la perdurabilidad y la estabilidad y a la modernidad tardía, segunda modernidad o posmodernidad como “Modernidad líquida”.

La investigación se diagramó a partir de tres ejes: formaciones subjetivantes, organización del trabajo y convivencia laboral.
La autora desarrolla la idea de formaciones subjetivantes donde señala que:

Formación es un término que se asocia con el verbo transitivo formar, que implica la acción de otorgarle forma a algo.
Subjetivante es un participio presente cuyo valor semántico denota una acción, en este caso activa, porque al tiempo que se enuncia se está produciendo y prosigue realizándose en el tiempo.
El modo en que son producidos los sujetos a punto de partida de las formaciones subjetivantes transita por un continuum que transcurre entre, una relación de alienación, donde el sujeto se somete a ellas, a una relación de expresión y creación donde el individuo se re-apropia de los componentes subjetivantes y produce un proceso de singularización.

Por su parte, piensa a la Organización como productora de subjetividad, sentidos, prácticas, identidad de oficios, diferencias, memoria y órdenes simbólicos, y coloca el foco en la dimensión social del trabajo.
En lo que respecta a convivencia laboral, la entiende como la experiencia humana de vivir con otros cotidianamente en el escenario del trabajo. Esta adquiere gran relevancia a nivel social, ya que contribuye al desarrollo de una sociedad democrática conformada por actores sociales capaces de asumir un rol ciudadano y transformador.
Vieyto plantea una discusión  de naturaleza multidimensional, en la que convergieron y se ensamblaron de manera compleja varios planos.
El primero, al que llama “La convivencia laboral, luces y sombras de las nuevas formaciones subjetivantes”, señala los avatares de la convivencia a la luz del CMI y las semióticas que este imprime como formación subjetivante.

El segundo, llamado “La convivencia en el advenir de la organización flexible, entre subjetividades 'sólidas' y 'líquidas'”. El modelo actual de organización del trabajo se denomina flexible, caracterizado por la flexibilidad de la producción y de la gestión de la fuerza de trabajo
En este escenario se advierten cuatro tensiones:
-entre las nuevas formas de gestión y las anteriores formas de gestión;
-en el encuentro entre las nuevas formas de gestión con aquellas subjetividades producto de lo sólido;
-entre las subjetividades devenidas de la modernidad líquida con lo que aún pervive de la gestión de lo sólido; y
-en el plano de las interacciones de los sujetos, entre las subjetividades producidas a punto de partida de la hipermodernidad con las subjetividades producto de lo sólido.

El tercero y último, llamado “La tensión de lo heterogéneo en la convivencia” apunta a desarrollar las tensiones que se producen a nivel de la convivencia, a partir de la diversidad de modalidades contractuales, de edades y de antigüedad en la organización.  

Con esta tesis la autora muestra que los trabajadores más antiguos de la organización estudiada  conforman un colectivo unido por el orgullo de pertenecer a una empresa que gestiona un derecho humano fundamental, por las historias compartidas, por las luchas, por el tránsito de generaciones de familias y por la memoria que los constituye como la “conserva cultural”.   Aunque en el mismo, y de la mano de las nuevas formaciones subjetivantes, se producen otros fenómenos tales como: la preponderancia del interés personal por sobre el colectivo; la fragilización de los vínculos; el pasaje de agrupamientos más extensos en cuanto a la cantidad de participantes a vínculos que se agrupan entre el “yo-tú”;  la emergencia del “yo no cooperativo”, caracterizado por el narcisismo, la ansiedad, el retraimiento y la autocomplacencia; la existencia de sujetos hiperestresados e hipersensibles.

Cuestiones éstas que promueven un sujeto propenso al conflicto; sumado a ello, el fomento de la competencia promovido a través de las nuevas formas de gestión, donde, el debilitamiento de los colectivos de trabajo; la banalización de la injusticia; la instauración de un terreno fértil para la dominación; y la dificultad de los actores para gestionar las diferencias, componen los fenómenos que emergen y complejizan el acontecer cotidiano de la convivencia laboral.