El Servicio de Atención Psicológica Preventivo – Asistencial (SAPPA) organizó el 3 de marzo del 2021 la actividad “Los mediadores terapéuticos en tiempos de Covid-19”, la cual se llevó a cabo a través de la plataforma Zoom y se transmitió en vivo por el canal institucional de Youtube de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar).

La profesora de la Universidad de San Pablo, doctora María Antonieta Pezo, dirigió la actividad que también contó con la participación de Irene Barros, Daniel Camparo y Rosa Zytner, docentes de la Facultad de Psicología de la Udelar.

La temática central del evento orbitó sobre la posibilidad de que los cuerpos profesionales de la psicología pudieran trabajar de manera remota con grupos de personas y, en especial, poder utilizar los medidores terapéuticos en ese tipo de trabajo en línea.

La doctora Pezo inició su participación con el relato de cómo debió adaptarse el trabajo del psicólogo a las particularidades y restricciones de la pandemia, lo cual representó un reto, pero finalmente se pudo realizar mediante las sesiones online.

Una vez constató la viabilidad de dicha instancia, la ponente definió la herramienta del mediador terapéutico, en su propias palabras, como aquel que permite que lo que da dolor y hace sufrir internamente tenga maneras de ser dichas. No se trata de una catarsis, sino de “encontrarle un significado y un sentido a dicho dolor”. A partir de ello el psicoanálisis usa la herramienta de la palabra como mediador fundamental. Cuando esta no es suficiente,se debe acudir a otros mediadores como juegos, por ejemplo.

Pezo apuntó a dos mediadores terapéuticos primordiales para el trabajo con grupos por medio de plataformas digitales: en primer lugar, el pictograma grupal, que en su opinión “permite decir lo indecible mediante dibujos”. La segunda técnica es la del “juego del garabato” de Winnicott, el cual se puede usar especialmente al tratar con niños.

Posteriormente, la ponente incluyó otros mediadores en su lista, como es el caso de las dramatizaciones, donde las personas encarnan papeles y se expresan mediante ellos, o del fotolenguaje, una herramienta que, según explicó, es de las que más se usa en Uruguay.

Uno de los recursos que más funcionó en el trato con adolescentes es el cuento, por el cual la persona relata una historia que construye por sí  y con base en dicha narrativa se puede hilar fino alrededor de la trama para comprender los aspectos que la componen.

Por último, mencionó del relato del sueño, donde la persona cuenta uno que podría relacionarse con otra historia o vivencia, y sirve como disparador de cadenas asociativas, traer aspectos inconscientes, entre otras cosas.

En adelante los participantes comenzaron a intercambiar experiencias y dudas en torno al tema para enriquecer la práctica.

A continuación se puede apreciar la actividad completa: