Es una grave violación de los derechos de niñas, niños y adolescentes que refiere a su utilización en actividades sexuales, eróticas o pornográficas para la satisfacción de los intereses o deseos de una persona o grupo de personas, a cambio de un pago o promesa de pago económico, en especie o de cualquier tipo, para la niña, niño o adolescente, para una tercera persona o para varias.
Constituye un delito, una forma de coerción y violencia, que es penado por las leyes N.° 17.815 “Violencia sexual comercial o no comercial cometida contra niños, adolescentes e incapaces” y N.° 19.643 “Prevención y combate a la trata de personas”.
Los responsables de que este fenómeno exista y se siga reproduciendo son las personas adultas, ya sea desde la promoción, el consumo, la justificación, la tolerancia, el silencio o la no reprobación.
Nunca los niños, niñas y adolescentes víctimas son responsables.