Para garantizar el derecho a la educación de los estudiantes privados de libertad, en 2023 la Unidad N°20 del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) de Salto se incorporó al circuito de Centros Universitarios que funcionan dentro de las unidades penitenciarias. Este es el primero de ellos en el interior del país. El trabajo es llevado adelante por docentes de la sede Salto del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte de la Universidad de la República (Udelar).
Sobre este proceso el Portal de la Udelar dialogó con la docente Leticia Pou, coordinadora de la Unidad de Apoyo a la Enseñanza (UAE) y el director de la sede, Juan Romero.
Democratizar la enseñanza
Pou explicó que el trabajo con estudiantes privados de libertad (EPL) empezó con una prueba piloto en el segundo semestre de 2021 con un estudiante, mientras que en 2022 se sumaron ocho estudiantes en Salto y uno en Paysandú. En este marco, Pou se incorporó a la Comisión Central sobre estudios en privación de libertad de la Udelar como representante de la Comisión Coordinadora del Interior. A partir de allí, «al intercambiar y conocer las realidades de estas políticas en todo el país, vimos la importancia de que la Unidad 20 se una al circuito universitario, lo que también fue valorado positivamente por la Comisión Central sobre EPL», contó, y a fines de 2022 la Comisión Sectorial de Enseñanza (CSE) avaló esta propuesta.
«Empezamos a funcionar a pleno en 2023», puntualizó: la UAE comenzó a llevar adelante el trabajo con docentes referentes territoriales en la Unidad 20, articulando con los coordinadores de carrera del Cenur y sus docentes, y a la vez con el Equipo central de estudiantes universitarios en privación de libertad de la Udelar. Pou resaltó la importancia del apoyo institucional del Cenur para que esta propuesta funcione. «En la prueba piloto fuimos viendo que este trabajo requiere de múltiples dimensiones, del apoyo de toda la comunidad del Cenur y de la experiencia que se tiene en el área metropolitana», indicó.
Por su parte, Romero valoró esta experiencia como «fundamental para el desarrollo universitario en la región» y consideró que «es importante llevar adelante la mayor cantidad de líneas de trabajo que democratizan el acceso a los estudios universitarios de los ciudadanos que viven en el Litoral Norte». En este sentido, aseguró que «esta no es una estrategia benefactora sino una estrategia democratizante». Desde este enfoque se brinda el apoyo institucional y humano para que esta línea de trabajo se pueda consolidar y profundizar, agregó, en el Cenur «estamos convencidos que a medida que se vayan involucrando el resto de los actores y viendo esta actividad como una profundización de derechos, en esta parte del país la Universidad va a estar dando un paso no menor hacia esa democratización en el acceso a los estudios universitarios».
Romero auguró que en algún momento los estudiantes que hoy están en privación de libertad puedan continuar sus estudios en la sede universitaria y formar parte de todas las actividades. También reflexionó sobre la importancia de «aprender que quienes no estamos pagando por un delito debemos saber que esto le puede ocurrir a cualquiera y que nos gustaría que nos trataran como pares, porque para superar ese desafío se necesita de los demás».
De igual manera, Pou señaló que «la inclusión educativa tiene políticas concretas en la Udelar y esto materializa la descentralización porque hace presente esta política de trabajo con EPL en el interior». Destacó que la sede Salto es pionera por ser la primera en promover un Centro Universitario en una unidad del INR fuera del área metropolitana; sostuvo que esto es posible gracias a la confianza de la CSE y a la apertura para poder realizar esta experiencia en el territorio porque «si bien aprendemos mucho de las realidades del área metropolitana, tenemos otras particularidades, es diferente ser un EPL de un Cenur que de una Facultad y el trabajo tiene complejidades distintas». Por eso el equipo de la UAE planteó al Consejo del Cenur la necesidad de contar con un protocolo de actuación específico diferente al que se utiliza en el área metropolitana, comentó; este protocolo se está elaborando junto a la Comisión de Inclusión del Cenur, previendo que la sede de Paysandú también cuente en algún momento con un equipo territorial trabajando en este tema.
La Comisión de inclusión se ha enfocado en la situación de discapacidad y en la privación de libertad, apuntó Pou. Con respecto al protocolo, explicó que en su diseño han participado dos EPL que ya están cursando su segundo año, invitados por esta Comisión, porque desde el Cenur se entiende que «no hay nada mejor que contar con la participación de los directamente implicados. Es fundamental que ellos opinen y sean protagonistas porque cuando tienen que estudiar de manera libre los cursos sienten una gran soledad y por eso queremos pensar en mecanismos para que las clases de consulta o la habilitación para llegar reglamentados sea distinta, entre otros aspectos que les inquietan. Este va a ser un espacio para pensar cómo ir resolviendo».
El valor de las tutorías
Al igual que muchas, la Unidad 20 tiene grandes problemas de sobrepoblación, señaló Pou. Es mixta, cuenta con un pabellón de mujeres y otro de varones, y con un área educativa donde asisten hombres y mujeres que en su mayoría tienen entre 20 y 40 años, apuntó. La docente señaló que en 2023 se inscribieron a Udelar en la sede Salto 12 estudiantes nuevos, algunas de estas personas optaron por más de una carrera o Ciclo Inicial Optativo (CIO) por lo cual hubo 19 inscripciones en total. Actualmente están estudiando ocho personas porque algunas salieron en libertad y otras decidieron no continuar, explicó. Además, hasta 2022 los estudiantes universitarios eran todos varones pero este año se inscribieron tres mujeres, «esto era algo que nos preocupaba», señaló. No obstante, una de las estudiantes salió en libertad, otra decidió no continuar estudiando y una tercera quiere continuar pero varios problemas personales le impiden seguir los cursos adecuadamente. Si bien en la Unidad hay muchísimas menos mujeres que hombres, son muy pocas las que realizan actividades de enseñanza porque muchas viven con sus hijos, comentó, «es una alegría que se sumen porque lo ideal es democratizar también con una perspectiva de género;, pero en realidad en la Unidad se replica lo que pasa en general en la sociedad».
Pou explicó que los EPL que se incorporaron en 2023 son en general más jóvenes que los que había en 2022, «este año tenemos algunos que terminaron el liceo estando en la Unidad y mi sensación es que se está generando un efecto dominó al ver que otros pudieron y que se está animando gente que capaz que estando en libertad no pensaba en la Universidad. Lo lindo es que los que estuvieron en el ciclo 2022 están motivando a los otros, incluso tres de esos mismos estudiantes este año se anotaron en las Tutorías entre pares (TEP) para apoyar a otros compañeros que comienzan carreras este año. Eso es una alegría. Cuando nosotras nos presentábamos con otras tutoras y hablábamos de nuestro rol, ellos nos decían “pero nosotros ya estamos haciendo algo de esto, ya estamos siendo tutores de otros compañeros privados de libertad”. Les dijimos que sí, por supuesto, y que también podían hacer la formación en TEP».
La docente comentó que durante esta experiencia la presencia de tutores «fue fundamental para poder sostener este trabajo», apuntó, «ellos hacen que sus compañeros privados de libertad se sientan parte de una comunidad. El estudiante al lado del estudiante es parte de la vida universitaria; ya que no están en los salones por lo menos tienen que tener estas posibilidades». En un principio la formación teórica para ser tutor o tutora (TEP1) se brindó a través de la plataforma Zoom por parte de docentes del Programa de Respaldo al Aprendizaje (Progresa), mientras que la parte práctica se realizó en la Unidad 20 con la supervisión de la UAE de Salto. Actualmente la formación TEP1 con énfasis en privación de libertad se realiza en Salto; hay 15 estudiantes, de los cuales tres son EPL que se conectan a las clases por zoom, explicó. En tanto, una estudiante del Instituto Superior de Educación Física está haciendo sus prácticas (TEP2): «el número de estudiantes interesadas/os cambió notablemente cuando comenzamos a ofrecer la formación TEP de manera presencial en nuestra sede», comentó, «lo lindo de las tutorías es que aquellos estudiantes que llegan a la práctica salen enamorados de la propuesta sabiendo que dan mucho pero reciben tanto más porque tienen un aprendizaje de ser compañeros y conocen una realidad que a muchos ojos escapa», valoró.
Pou señaló que la Unidad 20 cuenta con un aulario, que se está ampliando, donde funciona el área educativa para propuestas formales y no formales. Por el momento los salones de primaria y secundaria son de uso común y cuando se incorporó la enseñanza universitaria, se dispuso de un espacio que contaba con computadoras donde los EPL pueden recibir a los tutores pares, acceder a los materiales de estudio y participar de las clases por Zoom, acompañados de los operadores penitenciarios. La modalidad de cursado es variada, indicó la docente, durante la pandemia los EPL tuvieron clase a través de Zoom al igual que los demás estudiantes pero a partir del segundo semestre de 2022, la modalidad quedó supeditada a lo que cada carrera decida: «hay docentes que han podido sostener la presencialidad en el salón de la sede Salto y también las clases por Zoom a los EPL manteniendo una clase híbrida», apuntó. Otros docentes han ido a la Unidad 20 a tomar exámenes y parciales y a ofrecer clases de consulta, explicó. En cuanto a las carreras que eligen los EPL, comentó que este año hay inscriptos en el CIO del área Social orientados a las licenciaturas en Ciencias Sociales, Trabajo Social, Psicología y Economía, y a la carrera Doctor en Derecho. También hay estudiantes en el CIO de Ciencia y Tecnología orientados a la Licenciatura en Computación.
Romero se refirió a esta experiencia desde su rol docente en el Departamento de Ciencias Sociales del Cenur porque antes de ser director de la sede Salto ya venía formando parte de la prueba piloto, dictando clases de apoyo en la Unidad 20 a un estudiante para su examen de Estadística. Comentó que allí encontró operadores penitenciarios receptivos a esta propuesta, además de una sala de informática con acceso a internet donde los estudiantes pueden ingresar a EVA, descargar materiales, «estar al tanto de lo que va ocurriendo e interactuar con sus compañeros de clase para ver cómo va a ser un examen o un parcial». Durante el proceso «facilitó mucho que del otro lado hubiera una Unidad del INR que tiene la apertura para acercarse a la Universidad con sus propuestas e inquietudes y nosotros con nuestras limitaciones y virtudes, tratar de compatibilizar con esa realidad», observó.
Pioneros en el interior
Romero aseguró que este trabajo «no es sencillo porque no hay nada escrito, estamos “haciendo camino al andar”, aprendiendo mucho de esta experiencia en lo institucional pero también en lo humano porque nunca te imaginás darle clases a una persona privada de su libertad. Sin embargo tenés que armarte, asumir que ese estudiante tiene derecho como cualquiera porque no es ni menos ni más que nadie, que tenés que apoyarlo, ofrecerle la clase como a cualquier estudiante y exigirle como a cualquier estudiante». Asimismo, el director valoró que «existe la cooperación interinstitucional para sacar esto adelante, también está el hecho de ser pioneros en el interior, esto exige que la institución y sus integrantes estén dispuestos a aprender, a ir para atrás porque vamos a cometer errores pero también aprender de ellos y tratar de ir consolidando la herramienta que estamos construyendo».
Por su parte Pou observó que la instalación del centro en la Unidad no sería posible sin una historia de vínculo interinstitucional a partir de distintas actividades que se venían realizado: «una de las más importantes, que nos animó desde la UAE a proponer este trabajo, es un proyecto de investigación sobre inclusión educativa que desarrolló nuestra coordinadora anterior, Laura Domínguez, junto con la docente de Educación Secundaria, Sandra Gardella. Si bien el proyecto no estaba vinculado directamente a los estudios universitarios, fue un primer vínculo para empezar a generar una plataforma de intercambio». Otro ejemplo de relacionamiento entre las dos instituciones es el desarrollo de prácticas de Educación para la salud dentro de la Unidad penitenciaria por parte de estudiantes de la Facultad de Enfermería en Salto, agregó.
Además, la sede Salto ha desarrollado actividades de extensión en la Unidad, comentó, «que son muy importantes también y que sin querer han acercado a la Universidad a personas que a lo mejor ni pensaban en ella. Por ejemplo, como había una demanda puntual de la Unidad 20 de tener una radio, en la Unidad de Comunicación de la sede Salto se generó un espacio de taller donde también participamos con la UAE». Esta experiencia motivó que uno de los participantes dijera «yo podría estudiar esto», relató, «nosotros le dijimos que sí, claro, que podía empezar la Licenciatura en Comunicación porque en el Cenur tenemos el CIO del área social que se puede reconocer como primer año de la carrera. Es decir, se dio una de esas antesalas donde el derecho a la educación, algo que todos deberíamos tener claro, se muestra, se materializa en la presencia de la Universidad con estas acciones que funcionan como un puente hacia los estudios».
La docente agregó que «la Unidad 20 se caracteriza por tener un proyector educativo y social claro y muy abierto. Allí están presentes Primaria, Secundaria y ahora la Universidad y además, esta siempre fue una Unidad ávida de actividades que generen oportunidades de conocer desde distintas miradas la realidad, abiertas a lo artístico, a lo social, al deporte. Por eso fue fácil acordar y construir esto». Agregó que el equipo del área educativa de la Unidad facilita este trabajo, «podemos tener diferencias pero siempre hay un diálogo muy fluido, esta es una Unidad que apuesta mucho a estos procesos, que claramente no se sostienen sólo con que la Universidad quiera estar, tienen que pasar un montón de otras cosas».
Pou comentó que asiste regularmente a la Unidad 20 como referente territorial y también su compañera Natalia Anzuatte, «estamos tratando de incorporar a una docente grado 1 que pasó por las tutorías para que haga un sostén al menos desde la virtualidad». Otros integrantes de la UAE realizan el soporte de las comunicaciones necesarias con docentes y coordinadores de carreras.
Garantía de derechos
Entre los desafíos que se presentan para este trabajo, Pou mencionó el de «dotar de una estructura estable a esto que empezó siendo una experiencia piloto y planificar una estrategia que se sostenga en el tiempo», también ordenar el trabajo de vinculación de la UAE con cada una de las carreras, «ver si vamos a tener una persona referente porque hasta el momento venimos hablando con los coordinadores y a veces resuelven ellos, a veces nosotros y a veces le toca resolver al docente». Esto implica «aprender de las cosas que han salido bien y de las que no han salido tan bien porque somos conscientes de que esta es una política nueva para la Udelar. Sentir un apoyo a nivel central para nosotros es importante, pero es un desafío también que se mire desde la clave del Cenur», planteó.
También se requiere sostener la política desde lo material, agregó, «estamos en un momento complejo respecto a los recursos económicos para tener más recursos humanos. Estos son estudiantes que nos piden una atención específica, no porque sean más difíciles sino porque su falta de presencia en la institución deja muchos vacíos que ellos necesitan llenar con personas de la Universidad, por eso los tutores pares y los docentes. Eso se traduce en horas de trabajo y entonces para mí el gran desafío también es cómo seguir consiguiendo recursos para que esto crezca y que no nos asuste tener 30 EPL que necesitan un tiempo específico», remarcó la coordinadora de la UAE.
Por último, Romero afirmó que «como Universidad de la República esta es una manifestación y un hecho político más para dejar en claro que esta es la Universidad pública y de la República, que procura generar oportunidades, abrirle las puertas y democratizar su acceso a todos los ciudadanos y ciudadanas de este país y eso no es menor en las circunstancias que estamos viviendo, cuando se trata de estigmatizar y de excluir», reflexionó. «Se habla de “los que hay que levantar del camino” pero acá no hay que levantar a nadie, hay que seguir construyendo y conviviendo como una sociedad diversa, plural, con sus diferencias y conflictos pero sabiendo que hay herramientas que nos posibilitan mejorar esas convivencias. Es un desafío para la institución sin lugar a dudas, pero de esos desafíos que terminan dándote mucho más de lo que pudiste brindar a los demás; creo que es una experiencia que es marcante y genera un hito en nuestra institución», afirmó.
Fuente: https://udelar.edu.uy