El 28 de noviembre tuvo lugar la presentación de la muestra fotográfica "19 de junio de 1986: memorias de festejos y resistencias" en el Aula Magna “Juan Carlos Carrasco” de la Facultad de Psicología.

Además de la presencia del decano de la Facultad, Enrico Irrazábal, la actividad se centró en la participación de la reportera gráfica y autora de las fotografías de la muestra, Nancy Urrutia. En esta ocasión, Urrutia presentó una serie de 9 fotografías recuperadas y mejoradas que registran parte de las demandas impulsadas en la búsqueda de la resolución de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado uruguayo durante los festejos del natalicio de José Artigas, ocurrido en la localidad de Sauce (Canelones) el 19 de junio de 1986. También estuvieron presentes representantes de la dirección de Derechos Humanos y del Centro Cultural Casa de Artigas de la Intendencia de Canelones.

En su intervención, Irrazábal situó el contexto en el que se tomaron las fotografías, tratándose del segundo acto de conmemoración por el natalicio de Artigas tras la caída de la última dictadura cívico-militar. Asimismo, agradeció a Urrutia por "traer estas fotografías y exponerlas en la Facultad".

El decano hizo hincapié en la necesidad de "mantener viva la memoria" y reflexionó sobre cómo, en términos psicológicos, las personas tienden a quedar atrapadas por una memoria individual, a veces creyendo que la memoria social es simplemente una extensión o suma de esta, lo que dificulta comprender que la memoria individual es, en realidad, parte de la memoria social, incluso en lo referente a aquellas experiencias que no se vivieron personalmente.

"El desconocimiento, el olvido y el silencio son procesos que, a veces, sirven como formas de protegerse del dolor, pero otras veces funcionan debido a mecanismos complejos y permanentes. Por eso, son necesarias prácticas constantes de memoria, como esta muestra de fotografías", afirmó Irrazábal.
Por su parte, la docente del Instituto de Psicología Social, Adriana Rovira, describió el trabajo de Urrutia como una obra que "busca, en un contexto de disputa política, escenas que, a menudo, son archivadas y ordenadas por discursos instituidos y oficiales. La fotografía surge como un relato en oposición, generando muchas veces un enfoque crítico".

Rovira también aseguró que estas fotos "son un archivo de afectos; una forma de testimoniar elementos de cuerpos presentes en escena, que demandan cosas en un contexto y que, de alguna manera, siguen estando presentes hasta el día de hoy".

Urrutia destacó, durante su participación la importancia y la emotividad personal de esta muestra. "Me transporté 37 años atrás, años tristes porque las abuelas y madres afectadas se han ido y aún no hay respuestas", expresó.

"Nunca imaginé que estas fotos podrían convertirse en documentos históricos. Estoy muy contenta de haber elegido esta profesión; la cámara es una extensión de mi cuerpo y siempre sentí que me protegía, lo que me permitió seguir adelante a pesar de los riesgos", añadió.

"Me alegra enormemente que mis fotografías sigan siendo expuestas y que puedan llegar a más personas para que los jóvenes puedan comprender lo que realmente sucedió, porque muchos de ellos desconocen lo que fue la dictadura y eso es muy doloroso", concluyó Urrutia.

La muestra fotográfica permanecerá en el edificio central de la Facultad hasta mediados de diciembre, y está ubicada en el 1er piso -accediendo desde las escaleras frente al Aula Magna- y se extiende hasta el hall del Salón de Actos.