Egresó como psicólogo del Instituto de Psicología para luego asimilarse a Facultad de la Universidad de la República en el año 1989. En 1994 obtuvo el título de especialista en la Problemática de Uso Indebido de Drogas en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Tiene estudios hechos en Psicología Social y en Psicodrama Psicoanalítico, así como cursos y pasantías vinculadas a la Psicología Comunitaria y a la Psicología de la Salud, entre otros. En la actualidad cursa un doctorado en Estudios Sociales en América Latina en la Universidad Nacional de Córdoba.
Tras iniciar su carrera docente en el año 1985, actuó en forma ininterrumpida en la Udelar, y se incorporó en distintos equipos, asumiendo altas responsabilidades académicas e institucionales. Desde agosto de 2021 es Profesor Titular (Grado 5) del Instituto de Psicología de la Salud, y es parte del programa Concepciones, determinantes y políticas en salud. Desde 2012 se desempeña como co-coordinador del Programa de Practicantes y Residentes en Servicios de Salud, en convenio entre la Facultad de Psicología y ASSE, con presencia en varios departamentos del país.
En su actividad profesional integró equipos técnicos de numerosos proyectos socio educativos y comunitarios, trabajando desde organizaciones de la sociedad civil e instituciones públicas. De 1994 a 2016 desarrolló intensa actividad en el área de prevención social comunitaria de la ONG Encare, especializada en la prevención y asistencia a problemas vinculados al uso de drogas.
Participó en en numerosos proyectos de extensión universitaria y orientó a estudiantes en el diseño e implementación de iniciativas de trabajo con colectivos sociales. Integra desde hace años el Grupo Articulación Interdisciplinaria en el primer nivel de atención en salud, desde donde se desarrolla una práctica inter servicios en una localidad de Ciudad del Plata. También participó y coordinó el Núcleo Interdisciplinario Pensamiento Crítico en América Latina y Sujetos Colectivos.
Fue integrante y coordinador de varias investigaciones. En los últimos años estas se orientaron al estudio de la inserción de la Psicología en los servicios de salud en el marco del cambio de modelo de atención. Actualmente también coordina el equipo interservicios de Uruguay, como parte del proyecto internacional de investigación sobre la salud mental del personal de la salud en el contexto de pandemia por Covid 19 (COVID-19 HEalth caRe wOrkErS – HEROES). Realizó varias publicaciones y artículos científicos, así como participado en numerosos eventos académicos, en calidad de expositor, coordinador y organizador.
Su eje de interés, trabajo universitario de enseñanza, extensión y producción científica y académica, se centra en las determinaciones sociales y las políticas públicas en salud, los desarrollos latinoamericanos en Psicología de la Salud, el cambio de modelo de atención con la perspectiva de APS, el campo de la salud mental con perspectiva de derechos, las prácticas sociales despatologizadoras y desmanicomializadoras, los enfoques críticos, decoloniales y participativos en salud colectiva.
Participación y salud. Intervenciones socio comunitarias. Políticas en drogas. Intervenciones comunitarias en problemas vinculados al uso de drogas.
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El IV Seminario: “La Institución Educativa como Promotora de Salud Mental y de Vínculos con la Vida” contó con la participación de especialistas, que profundizaron en las distintas aristas relacionadas con la prevención y posvención de los suicidios que afectan a los entornos educativos. Los expertos aportaron experiencias y estrategias para enfrentar la problemática.
El encuentro fue organizado la División Salud Estudiantil de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) en el Instituto de Perfeccionamiento y Estudios Superiores (IPES).
Durante la apertura, la consejera del Consejo Directivo Central, Dora Grazziano, agradeció a los expertos y a los técnicos por reflexionar sobre la temática y ofrecer su conocimiento. “Este seminario constituye una instancia de capacitación y profesionalización para los docentes e integrantes de los equipos técnicos de la ANEP que consideramos de gran importancia”.
Carolina Ponasso, directora de la División Salud Estudiantil de la ANEP, presentó a los expositores y guió el espacio de intercambio con el público.
Etapa creativa
Irene García, profesora adjunta de la Unidad Académica de Psiquiatría Infantil y Adolescentes Hospital PPRR de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, brindó una conferencia titulada “Salud mental adolescente: una etapa marcada por el malestar”.
La doctora afirmó que los adolescentes conviven con un malestar “con su cuerpo, con los pensamientos, con la familia, la sociedad y la cultura y es este malestar el que los empuja a salir del hogar y también a crear y a provocar cosas nuevas. Esto lo vemos cuando traen nuevas interrogantes en torno a la sexualidad, a la identidad de género y cómo esto mueve nuestros prejuicios de adultos”.
También explicó que la definición de salud en la adolescencia está determinada por la posibilidad del adolescente de lograr transitar esta etapa de autonomía e independencia para poder encontrarse y ser él mismo diferenciado y separado de sus padres. “Y este tránsito de la adolescencia a la adultez no pasa sin angustias y conflictos. El adolescente sano es el que encontrará fuerzas suficientes para enfrentarse con este desafío de encontrarse con quien quiere ser, y cuando transita una patología o un sufrimiento psíquico muy importante no encontrará las fuerzas suficientes para poder pasar por la lucha que significa poder ser uno mismo”.
Es importante, indicó, determinar si el joven atraviesa problemas o sufrimientos que requieren la intervención de un equipo de salud.
“La escuela y las instituciones educativas tienen que funcionar como un medio facilitador, es decir que facilite la expresión de la creatividad y que pueda limitar los aspectos destructivos y confrontar sin abdicar. El adolescente para poder encontrarse a sí mismo y crear su espacio e independencia, establecerá una lucha y hay que sostener esa lucha. A muchos no nos gusta porque es un lugar bastante antipático, pero es absolutamente necesario”, señaló.
La especialista informó que a partir de la pandemia se registró un aumento en los intentos de autoeliminación, las lesiones autoinfligidas, las adicciones a las pantallas y en los trastornos alimentarios en la población femenina.
Por otra parte, se refirió a un estado de aparente pasividad que los adolescentes exhiben cotidianamente. No obstante, afirmó que “en su interior el adolescente está en muchas cosas como los cambios corporales, la sexualidad, la relación con los pares, la identidad, quién quiere ser, cómo lo ven los demás, todos estos aspectos que se mueven con intensidad y que están acompañados también de los cambios hormonales. Y esto se diferencia notoriamente de la depresión, que es un estado de inmovilidad, donde nada se mueve en su interior. Es importante la consulta para poder diferenciarlo”.
García reflexionó acerca de lo poco que conocemos del mundo interior de los adolescentes. “Esto nos tiene que mover a estar atentos y disponibles a la escucha de los adolescentes, que muchas veces se expresarán preponderantemente a través del cuerpo y las actuaciones”.
“El adolescente deprimido es un adolescente que está irritable, algo que normalmente confunde a los padres porque la depresión adolescente puede preservar bastante bien lo social. Aún en estados de depresión bastante intensos, puede mantenerse preservado lo social. Pero el síntoma cardinal de la depresión en el adolescente, es la irritabilidad. Por supuesto también hay que tener en cuenta los signos físicos como las autolesiones, a las que no debe restarse valor, y que constituyen un predictor de pasajes a actos de mayor gravedad, como intentos de autoeliminación o suicidios consumados”, explicó.
La última foto
Víctor González y Catalina Barría del Grupo de prevención y comprensión de la conducta suicida de la Facultad de Ciencias Sociales, expusieron acerca del proyecto comunitario de prevención del suicidio “La última foto”.
La campaña que presentaron apunta a sensibilizar y socializar sobre la problemática que conlleva los procesos de duelo y estigma ante las muertes por suicidio en el Uruguay actual. La iniciativa exhibe la última fotografía captada de las personas, previo a la autoeliminación.
Los especialistas indicaron que es preciso “problematizar y debatir sobre las perspectivas contemporáneas ante las señales del suicidio. Asimismo, promover espacios que habiliten la posvención como forma de resignificar su rol en la sociedad y en la prevención del suicidio”.
Por su parte, Horacio Vignoli, coordinador de la Comisión de prevención del suicidio de Montevideo, explicó que la Estrategia Nacional de Prevención del Suicidio enfatiza, entre otros aspectos, en la importancia de lograr una participación activa y responsable de los medios de comunicación en la prevención del suicidio.
Vignoli informó que aproximadamente un 20% de niños y adolescentes en el mundo se encuentran afectados por trastornos o problemas de salud mental.
La mitad de estos trastornos aparecen antes de los 14 años.
El académico afirmó que es preciso formar a los educadores como agentes positivos de salud mental, es decir, aquel que impacta en el desarrollo emocional de otra persona, y prestar atención a las necesidades de los estudiantes. “Debemos cuidar a los que nos educan y nos cuidan, y reducir el estigma asociado a la salud mental”.
Sandra Díaz de Ceibal expuso acerca de las “Habilidades socioemocionales en la construcción de proyectos vitales. Una propuesta para trabajar desde educación inicial y primaria”.
Díaz destacó que es imprescindible trabajar desde el inicio de la trayectoria escolar las habilidades socioemocionales como la expresión emocional, la autoestima, el autoconocimiento, el autocontrol, la toma de decisiones y la autoafirmación. “Estas habilidades buscan favorecer el camino hacia la construcción de un proyecto vital sólido, como factor protector ante conductas de riesgo en la adolescencia, y el bienestar emocional y social de los futuros jóvenes”.
La especialista afirmó que las habilidades socioemocionales constituyen un recurso personal valiosísimo para favorecer, desde el nivel inicial y primario, la construcción de un proyecto de vida que redundará en la adaptación del individuo al entorno, el desarrollo personal, el relacionamiento social, el aprendizaje y el bienestar. También en los logros socioeconómicos, en las relaciones saludables con ellos mismos y la interacción con los demás.
Salud mental
El doctor Luis Giménez, del Instituto de Psicología de la Salud, hizo referencia al impacto que tienen los problemas de salud mental en las expectativas que se tienen de los centros educativos. “¿Acaso lo educativo puede no cumplir un rol clave en el proceso de salud-enfermedad-cuidado? Todo depende de cómo entendamos este proceso. El derecho a la salud es mucho más que el derecho a la atención en un centro de salud. La salud se produce en lo cotidiano, que entre otros ámbitos hace a lo educativo. Es imposible pensar que lo educativo pueda estar por fuera de los procesos de determinación social de la salud”, indicó.
Giménez señaló que los entornos sociales inciden fuertemente en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. “¿Alguien podría decir que no era predecible que en la pospandemia íbamos a tener un problema con los niños y adolescentes que estuvieron recluidos en sus casas durante la pandemia? ¿No había ya numerosos estudios que informaban de experiencias anteriores donde esto había sucedido? No fuimos capaces de actuar preventivamente respecto a este asunto”, opinó.
El especialista explicó cuáles son los aspectos clave para que una institución educativa promueva la salud: “propuestas adecuadas a las necesidades de aprendizaje, educadores referentes con cercanía personal, cultura y clima institucional, integración y pertenencia, normas de funcionamiento claras, equipos educativos estables, vínculos y comunicación con las familias e inserción en redes comunitarias”.
Posvención
Iker Peregrina, especialista en Suicidología de España, presentó el “Abordaje de la posvención en los centros educativos como estrategia de prevención”.
“El centro educativo es el primer contacto que tenemos con nuestro sistema de valores, es un entrenamiento para inscribir a nuestro yo futuro en la sociedad. Se puede permitir allí la posibilidad de que los jóvenes puedan equivocarse”, afirmó.
Con respecto a la posvención, indicó que se trata de un conjunto de acciones destinadas a apoyar a la comunidad tras un suicidio. “Nuestra sociedad en miniatura es el entorno educativo, y esa comunidad, cuando hay un intento de suicidio o un suicidio consumado, sufre un impacto increíblemente potente, muchas veces muy difícil de digerir, por la sencilla razón de que los que sufren ese impacto son personas que no tienen un recorrido vital, son personas que están empezando a vivir y a experimentar lo que son las emociones desde una perspectiva individual”.
Los objetivos de la posvención contribuyen a reducir el impacto que generan estas pérdidas. “Lo que se pretende además es buscar la prevención de más suicidios, evitar el efecto contagio y facilitar el duelo de manera saludable”.
Para Peregrina hablar de estos temas en los centros educativos es esencial, porque ayuda a detectar a otros jóvenes en riesgo y permite plantear soluciones.
Por otra parte, precisó que las intervenciones deben ser inmediatas, entre 24 y 72 horas de ocurridos los hechos, a través de información responsable y actividades propuestas por equipos de apoyo conformados por orientadores y psicólogos. En estas instancias debe apelarse a contener las reacciones emocionales, mitigar el riesgo de contagio y brindar apoyo continuo, en el entendido de mantener el seguimiento durante semanas o meses para permitir un acompañamiento al duelo a largo plazo.
Por su parte, Vannina Ferrari y Nicolás Alberti del Departamento de diseño de políticas del INJU, presentaron la experiencia "Ni silencio ni tabú. ¿Qué nos dicen adolescentes y jóvenes de su salud mental? Generando políticas a partir de la evidencia".
La propuesta, impulsada por el INJU, el Ministerio de Salud Pública (MSP) y Unicef, con el apoyo de la ANEP se implementa desde 2022 como una iniciativa dirigida a sensibilizar a la población acerca de la salud mental y el bienestar psicosocial de los jóvenes. A tales efectos, los organismos desarrollaron diferentes herramientas que se aplicaron a través de talleres en habilidades socioemocionales, dictados en instituciones educativas, culturales y deportivas de todo el país.
Asimismo, desde este año, el INJU trabaja con Unicef en la implementación de siete centros de atención directa en promoción y prevención en salud mental para adolescentes y jóvenes, que brindarán contención terapéutica a personas de entre 14 y 24 años con la estimación de alcanzar a 35.000 jóvenes tras un año de funcionamiento. Los dispositivos estarán ubicados en los departamentos de Cerro Largo, Río Negro, Florida, Rocha y en tres puntos de Montevideo y zona metropolitana: Las Piedras, Canelones y el Centro de Referencia de Políticas Sociales instalado en Casavalle.