La tesis de Maestría en Psicología y Educación buscó identificar y analizar las expectativas que tienen las familias respecto a la Escuela, para indagar sobre las transformaciones de los sentidos que se le han adjudicado a la institución educativa en la Hipermodernidad. A través del análisis de todo el universo de Jardín de Infantes Públicos de tiempo completo a los que asisten niños y niñas de alta vulnerabilidad social, la autora concluye que las expectativas acerca de la escuela como agente de cambio de estatus social, desde procesos a largo plazo se han debilitado y modificado.
"El tiempo histórico de la hipermodernidad inscribe nuevas formas de ser, estar y actuar en las subjetividades. Las crisis, los cambios económicos, sociales, y la tecnologización de la vida cotidiana, afectaron la capacidad de socialización de la familia, la cual se encuentra debilitada, transfiriéndose a la Escuela ciertas funciones que tradicionalmente cumplía." Explica María Carolina Ponasso autora de la tesis de maestría "Las expectativas de las Familias hacia la Escuela en la Hipermodernidad", que estuvo bajo la dirección académica de la Dra. Ana María Araújo.
Para el desarrollo de su tesis visualizó tres categorías centrales: Socialización, Contención y Aprendizaje, las que analizó desde el impacto del atravesamiento de las dimensiones Tiempo y Trabajo en función de las expectativas de las personas entrevistas.
Ponasso identificó que el Jardín de Infantes se ha convertido en objeto de políticas sociales que han provocado cumpla funciones relativas a la socialización primaria. El cuidado, alimentación, contención afectiva, decodificación de la realidad, son algunas de las funciones que se han transferido a la escuela, así como también aquellas vinculadas a las funciones paternas como pueden ser la organización de espacios y tiempos del niño y de la familia, terceridad e interdicción del vínculo madre-hijo, o la prohibición, y establecimiento de normas. Dichas transferencias impactan negativamente en la subjetividad de los padres.
Según la autora estas transferencias implican demandas que exceden las posibilidades del Jardín de Infantes. "Se establece una brecha entre lo que se espera de ella desde un lugar idealizado y lo que ésta puede ofrecer, instalándose un posible desencuentro por expectativas contrapuestas."
En tal sentido, a partir del análisis de entrevistas en profundidad semidirigidas y grupos de discusión con las familias involucradas, la autora concluyó que ha perdido peso la idea del Jardín de Infantes como espacio de igualación y transformación social a largo plazo, la que se obtenia a través de la adquisición de conocimientos académicos. “Las expectativas relativas al aprendizaje académico se orientan a un futuro próximo: evitar la primera experiencia de exclusión y desafiliación social” que supone la repetición del primer año escolar. Desde este lugar, la adquisición de la lecto-escritura es visualizada por los padres como una garantía de la inserción al ámbito educativo, en función al temor a la exclusión.
Otra de las conclusiones a las que arriba la autora es que las expectativas hacia el Jardín de Infantes como espacio de transformación social a largo plazo se centran en el aprendizaje de valores hacia la integración social. Según la Ponasso el niño ocupa un lugar de mediador para el logro de tal fin. “Éste se transforma en agente educativo del adulto, develándose un cambio en la direccionalidad educativa. Estas expectativas exceden las posibilidades del niño, vulnerado doblemente”
En esta investigación la comprensión de las expectativas de los padres surgió del análisis de los nudos sociopsíquicos de los sujetos, desde el paradigma epistemológico de la Sociología clínica.
La defensa de esta tesis fue el 29 de junio y el tribunal que la avaló estuvo integrado por los siguientes miembros: Prof. Adj. Mag. Virginia Masse (Presidente del Tribunal), Prof. Adj. Mag. Sylvia Montañez y Prof. Adj. Mag. Carmen Camaño.