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Ana Cecilia Marotta Mendez, primera doctora en Psicología titulada por la Facultad de Psicología de la Universidad de la República

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El 20 de abril de 2021 se realizó la primera defensa de Tesis Doctoral de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. La docente del Instituto de Psicología Social, Ana Cecilia Marotta Mendez, obtuvo el título de Doctora en Psicología tras la defensa de su tesis titulada “Ficciones de Familias: Adolescentes entre cuidados y tránsitos”. La tesis doctoral fue dirigida por la Profa. Adj Dra. Anna Paula Uziel (Universidade do Estado do Rio de Janeiro - Brasil) y Profa. Dra. Alejandra López (Facultad de Psicología - Udelar).

El Tribunal de Tesis, presidido por la Profa. Dra. Alicia Rodríguez (Facultad de Psicología - Udelar); e integrado por Prof. Dra. Ana Hounie (Facultad de Psicología - Udelar);  Prof. Adj. Javier Romano (Facultad de Psicología - Udelar); Prof. Adj. Diego Sempol (Facultad de Ciencias Sociales - Udelar) y Prof. Adj. Eduardo Steindorf Saraiva (Universidade do Santa Cruz do Sul - Brasil), aprobó la tesis con la calificación Excelente con mención especial y recomendó su publicación.

El vídeo de la defensa de Tesis doctoral completo está disponible en el canal de YouTube de la Facultad de Psicología.

Resumen

La tesis aborda las transformaciones contemporáneas de las familias, desde la perspectiva de adolescentes que viven en hogares monoparentales en la ciudad de Montevideo y en Ciudad de la Costa. Indaga y analiza las experiencias que estos adolescentes, hijos de padres separados y no convivientes, tienen acerca de la familia, los cuidados parentales, la crianza.

Tres elementos son claves para el estudio y para su lectura: el desplazamiento de la mirada adultocéntrica en el abordaje de los temas de familias, la perspectiva de las epistemologías feministas (Haraway, 1991, Harding, 1991) y su articulación con el método cartográfico de investigación (Deleuze y Guattari, 2006).

Durante los años 2017 y 2018 se realizaron seis historias de vida con adolescentes mujeres y varones de entre 14 y 16 años, que totalizaron once entrevistas con enfoque cartográfico, en las áreas geográficas mencionadas.

La idea inicial de investigar familias monoparentales se vio desestabilizada al constatar que nuestros entrevistados vivían en hogares monoparentales producto de la separación conyugal, que circulaban por distintos hogares, y que los cuidados se diversificaban y ampliaban más allá de las familias. Sus ficciones de familia están organizadas en torno a los lazos de convivencia y de afectos, aludiendo a configuraciones móviles, no estabilizadas y dinámicas a lo largo de sus vidas. Aparece la referencia a la casa como materialidad física, pero, sobre todo, como espacio de la práctica cotidiana de la vida en común, siendo los hogares referidos en primer lugar, los que habitan con sus madres. Las prácticas de reproducción de la vida son llevadas adelante por las mujeres-madres, quienes realizan dobles jornadas laborales, dentro y fuera de la casa. Son ellas las principales proveedoras y quienes marcan el orden y organización de las actividades domésticas y la crianza de los hijos. Existe un implícito acerca de la naturalización de la responsabilidad de los cuidados en la madre, lo que genera efectos de desigualación al interior de las familias, donde los cuidados parentales son sinónimo de cuidados maternos. Los cuidados se amplían y reubican en otros espacios de lo social e involucran a diferentes actores: cuidadoras, abuelas, tías, instituciones educativas. También se visualizan prácticas de cuidados entre hermanos y relaciones de apoyo mutuo entre pares. Por su parte, observamos cómo el Estado interviene en nombre del cuidado sobre las parentalidades, en particular en aquellas familias fragilizadas por las circunstancias de vivir en contextos de pobreza, a través de la judicialización. Estas prácticas ponen en evidencia un modo de abordar los conflictos que, si bien regulan dinámicas familiares, por otra parte, individualizan la resolución de las situaciones y revictimizan a niñas y niños.

Por último, constatamos que los procesos de parentalización están signados por los tránsitos de niños, niñas y adolescentes, luego de la separación conyugal, donde el relacionamiento con el padre es un marcador clave. Los escenarios y avatares subjetivos relatados componen paisajes en movimiento, que muestran los desafíos a los que se enfrentan los adolescentes en esta etapa, y los efectos de subjetivación que tiene, no ya la separación conyugal en sí misma, sino el procesamiento por parte de los adultos: padre y madre, del cual los tránsitos hablan.

La cartografía se muestra como un método pertinente para la investigación en psicología social y con adolescentes, acompañando el proceso de producción subjetiva y la creación de un plano en común (Kastrup, 2013) donde se articula la investigación con la intervención y la escucha clínica en la práctica científica.

 

 

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Publicado el Viernes 7 Mayo, 2021

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