El Instituto de Psicología, Educación y Desarrollo Humano (IPEDH) inició una nueva etapa con la conducción de Cecilia Baroni, quien está acompañada por Analía Duarte y Diego Cuevasanta, docentes designada y designado para integrar la comisión directiva.

Con un enfoque de continuidad, Baroni se plantea profundizar en una matriz de derechos, en línea con la Ley de Protección de la Infancia y la Ley de Salud Mental. Temas como la inclusión educativa, los procesos de subjetivación y el uso de tecnologías en educación serán prioritarios. Entre los ejes principales, se propone generar espacios "para construir lo común".

Su carta de postulación, que dista mucho de un documento burocrático, invita a pensar al instituto como “un faro desde donde sigamos produciendo, con amor y calidad, herramientas que puedan colaborar en los procesos sociales y educativos de los diversos actores con los que trabajamos”.

En ese sentido, la comunicación y la visibilidad son pilares que propone potenciar a través del uso de redes sociales, la página web y otros recursos, para que los conocimientos generados lleguen de manera más amplia a la sociedad y dialoguen con otras disciplinas. "Aportar a la comprensión de los problemas es un mínimo que debe ser el horizonte", escribe.

En su propuesta, destaca el énfasis en el trabajo colectivo, el retorno a lo común y ahondar la construcción de lo diverso. Habla en plural de celebrar los 15 años del IPEDH con una memoria que sistematice lo realizado, de fortalecer los vínculos entre los programas del instituto, de acompañar a quienes ingresan en la carrera docente en su proceso de integración. Habla, también, de construir un Plan Estratégico para el período 2026-2030 de manera colaborativa, evaluando lo hecho y proyectando lo que está por venir.

Si todo sale como está planeado, la dirección del IPEDH estará marcada por el trabajo conjunto con los diferentes actores de la Facultad y otras instituciones, “con el fin de avanzar hacia una sociedad más justa y solidaria”. Porque, como dice Baroni, “la educación sigue siendo uno de los caminos de mayor relevancia, para aportar a procesos de subjetivación más cercanos a sujetos comprometidos con su entorno y con los demás, que puedan desarrollar herramientas donde la solidaridad y la tolerancia a las diferencias sean la forma privilegiada de relacionarnos”.