El jueves 8 de junio se desarrolló la conferencia “Las pantallas de la subjetividad. Capitalismo mediático y giro emocional” en el Paraninfo de la Universidad; una actividad que ofició de cierre para la segunda jornada del II Congreso Internacional de Psicología.
La conferencia estuvo a cargo del docente de la Universidad de Chile, Carlos Ossa Swears, quien abordó cómo la comunicación política y estética “capturaron, configuraron y han dado una forma especial de trabajo a las emociones al interior del espacio contemporáneo”.
“Desde los años 90’ las teorías culturales, agobiadas con tanto esfuerzo semiológico por explicar la cultura, se transaron en un esfuerzo al respecto de cómo recuperar el cuerpo y sus emociones para plantearlo en nuevas escenas que proponía el territorialismo”, repasó.
Para Ossa, fue entonces cuando los medios de comunicación empezaron a adoptar nuevos roles que tuvieron que ver menos con la información y más con la idea de “consagrar una nueva hegemonía del sentido donde se involucrase el cuerpo, el lenguaje y la memoria”.
El docente explicó que para “darle forma a ese cruce” fue necesario repensar cómo se hablaba y de qué manera plantear ese nuevo escenario donde las emociones irrumpían para cuestionar el modelo del llamado “giro lingüístico”, así como para discutir las nuevas formas de los procesos de informatización y la manera en la que los algoritmos comenzaron a construir lo que luego se llamó “nuevas formas de subjetividad”.
La abstracción y la política
Según explicó el ponente, la pregunta que surgió entonces fue respecto a la naturaleza del poder, entendiéndose que este no es un contenido. “Toda la historia política del Siglo XX estuvo organizada por el Estado a través no solo de fundamentos racionales, ideologías publicitarias o instituciones represivas; sino también a través de la administración de emociones para la configuración del sujeto moderno que se necesitaba: obediente en la producción y sumiso en el hogar”.
Fue entonces como las emociones tuvieron espacio en distintos modelos de análisis, pero siempre con la connotación negativa de que eran malas y que no permiten pensar. La pregunta surgida entonces fue, según Ossa, cuál es la incidencia de los mecanismos de equivalencia y homogenización en la cotidianeidad de las emociones. Allí, el ponente se centró en profundizar acerca del lugar de las emociones en el mundo de la política.
El docente afirmó que las abstracciones realizadas dentro de la política contienen un elemento “profundamente discriminador” donde se deshace el individuo para generar una masa que comprende el “nosotros”. De esta manera, se genera un esquema donde la abstracción se alimenta de los medios y viceversa; y ambas, en su conjunto, procesan, organizan, proyectan y se adaptan a las emociones.
Luego, Ossa habló de las tres dimensiones de las emociones en los lenguajes de las prácticas políticas: las estratégicas, las técnicas y las estéticas.
Tras concluir con su ponencia, se abrió un espacio de intercambio de preguntas y respuestas al que luego le siguió, a modo de cierre, un evento de danza folclórica a cargo de la Escuela Nacional de Formación Artística del Sodre.
