El pasado 4 de diciembre, el profesor titular de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Pablo Fernández Christlieb, desarrolló la conferencia “Psicología estética de la situación social”, un evento llevado a cabo en el Salón de Actos de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República.
La actividad, organizada por el grupo I+D: “Comunicación y subjetividad desde las etnografías del habitar contemporáneo. Hacia un Programa en Estudios Culturales Urbanos y Territoriales” (CSIC – Udelar) , el curso “Territorialidades urbanas del habitar” (Facultad de Psicología, Udelar), el Laboratorio Transdisciplinario de Etnografía Experimental (Labtee / Facultad de Información y Comunicación / Facultad de Psicología. Udelar) y el Instituto de Psicología Social, contó con transmisión por el canal institucional de la Facultad en la plataforma de YouTube.
La ponencia del docente mexicano se centró en la idea de la posibilidad de una versión estética de la realidad, referida tanto en lo cotidiano como lo social. En este sentido, Fernández Christlieb definió lo estético como una forma de conocimiento mediante el cual se presenta la realidad como algo unitario, completo y todo en simultáneo.
El autor inició su presentación con una reflexión sobre la queja como una actividad estética común, donde la gente se siente atraída por este acto. Al quejarse, indicó el docente, las personas se perciben a sí mismas en la cima de la especie, lo que genera un sentimiento de superioridad. Las quejas crean imágenes grandes y sagradas, como la figura de la víctima injustamente afectada o la del perdedor querido, lo que genera un drama en el que todos se ponen del lado de los perdedores. “La queja se percibe como una forma de heroísmo, donde el quejoso se imagina a sí mismo como un héroe capaz de enfrentar adversidades en aras de los demás”, sostuvo.
Fernández Christlieb mencionó cómo la gente se siente bien al quejarse, ya que esto los hace sentirse parte de una causa mayor. La comprensión de estas situaciones estéticas brinda una sensación de unidad y totalidad, lo que genera sentimientos agradables en aquellos que participan en ellas.
Posteriormente, el invitado enfatizó que lo estético no se limitaba a lo bonito, sino a lo atractivo y envolvente, que podía cambiar con el tiempo. Además, exploró la idea de la psicología estética de la situación social, que se trata de desentrañar una manera de ser de la realidad que no se aborda en la sociología, psicología, física, religión o neurociencia. Esta aproximación se relaciona más con sueños, ilusiones, música y fantasmas, lo que revela una perspectiva distinta y más amplia de comprender la realidad social desde una perspectiva estética.
El ponente luego habló sobre la paradoja de la sociedad contemporánea, donde existe abundancia de recursos y tecnología, pero aun así, la gente no se siente satisfecha. Destacó la desigualdad económica profunda y cómo la explicación de expertos se convirtió en una suerte de "turismo intelectual". Criticó el enfoque de las ciencias sociales, universidades y expertos que siguen la lógica del turista, en la que aplican etiquetas y explicaciones superficiales a problemas complejos.
Fernández Christlieb abordó la hipocresía turística al considerar el arte como lo más valioso, pero la sociedad se inclinó más hacia las redes sociales que hacia apreciar obras artísticas. Asimismo, propuso sumergirse en la realidad social desde adentro, con uso de un lenguaje cotidiano para comprenderla y sugirió que el conocimiento académico debía buscar qué tenía el arte que faltaba en la vida cotidiana.
Como cierre de su intervención, el invitado profundizó en la idea de la estética como la comprensión de un mundo que incluía todo, generando un conocimiento completo y satisfactorio. Argumentó que comprender la realidad social la embellecía, cambiándola y añadiendo valor a la vida. Finalmente, concluyó que una estética de las situaciones sociales no se trata de idealizar la realidad, sino de entenderla, lo que embellece la vida y prepara para actuar en ella, alejándose del enfoque superficial del "turista", que solo revisa las etiquetas de la realidad.
Luego de darle fin a la ponencia, se abrió un espacio de diálogo e intercambio con el expositor.