Un estudio acerca del consumo de drogas en estudiantes de la Universidad de la República (Udelar) se presentó el 26 de febrero. El trabajo fue realizado por el Observatorio Uruguayo de Drogas de la Junta Nacional de Drogas (JND), en colaboración con la Dirección General de Planeamiento (DGPlan) y el Servicio Central de Informática de la Udelar.
El trabajo se titula «II Estudio sobre consumo de drogas en estudiantes universitarios de Uruguay-2024». La presentación se realizó en la Sala Maggiolo de la Udelar y contó con la participación de su rector interino, Alvaro Mombrú y del secretario Nacional de Drogas, Daniel Radío. Mombrú agradeció a las numerosas personas que hicieron posible este estudio, tanto en su dirección de campo y desarrollo de formulario de encuestas como en la recolección y procesamiento estadístico de datos.
Este trabajo se ha realizado «haciendo foco en las personas y en nuestros estudiantes», agregó, «nos enorgullece mucho y nos va a dejar mucho para pensar para trabajar en el futuro». Finalmente expresó su deseo de que los resultados del estudio puedan servir a la Universidad como insumo «para políticas que nos lleven cada vez más a hacer una institución dentro de muy cercana para la población».
Radío en tanto, afirmó que esta investigación -de la que hay un antecedente en 2015- tiene por objeto aportar más conocimiento sobre el consumo de esta población y también pretende ser un insumo para colaborar con el diseño e implementación de las políticas públicas relacionadas.
Contar con estos resultados «no solamente nos obligará a razonar acerca de los motivos o de las circunstancias que puede estar incidiendo en las peculiaridades de estos consumos, sino que además tiene que colaborar con la planificación de acciones de prevención de los usos problemáticos en esta población en particular y en cómo esa circunstancia repercute en la sociedad en su conjunto y además, tiene que colaborar con la verificación de acciones de prevención», expresó.
Entre los hallazgos de esta investigación resaltó «el alto nivel de consumo detectado para el caso de los psicofármacos, cuya magnitud supera sensiblemente lo observado en población no universitaria de un tramo de edad con una incidencia de género muy importante». Señaló que esto abre nuevas interrogantes, por ejemplo, sobre la capacidad de adaptación y el manejo del estrés en el transcurso de la vida académica.
Radío destacó la colaboración de la JND con la Udelar, institución que ha mantenido «actitud de diálogo y disposición a colaborar con todas las alternativas que se nos ocurrieran». Mencionó la cooperación entre ambas para llevar adelante instancias de formación en esta temática con la acción de la Facultad de Psicología, la Facultad de Medicina y otros servicios. La participación de la Universidad en estos proyectos «es para nosotros la garantía de que se trata de actividades con rigor y con fundamentos; que para el abordaje de esta temática se apela a la ciencia y no a la moral o a los prejuicios», afirmó.
Jessica Ramírez, una de las investigadoras del Observatorio Uruguayo de Drogas responsables de este trabajo, comentó sus principales resultados. El estudio se orientó a conocer de qué manera y con qué magnitud las y los universitarios consumen y contactan con las drogas y en particular, «se buscó observar el peso que tiene dentro de los consumos el uso problemático», planteó. Destacó que desde hace 20 años la política pública de drogas del país se propone justamente diferenciar entre el consumo y el consumo problemático y por eso, este estudio enfocado en la población joven buscó abordar la temática superando «asociaciones simplistas que no consideran los diferentes tipos o patrones de consumo».
Nicolás Fiori, integrante de la DGPlan y del equipo a cargo del estudio, comentó sus aspectos metodológicos. Señaló que la población objetivo se constituyó con las y los estudiantes de grado de la Udelar, incluyendo todos los niveles de formación, todas las Facultades y servicios universitarios de todas las regiones del país. Participaron en la encuesta quienes completaron el formulario estadístico FormA-Estudiantes 2023, herramienta de uso obligatorio que hace posible el relevamiento continuo de esta población, agregó.
Se estableció una muestra de tipo probabilístico de 6500 casos pero la muestra efectiva, es decir, el conjunto de quienes respondieron la encuesta, fue de 3098 estudiantes de 18 a 35 años. Por lo tanto la tasa de respuesta obtenida fue 48 % y así, el máximo error esperado sería de 1,76 %, explicó Fiori. El relevamiento fue realizado entre el 3 de abril y el 16 de mayo de 2024 mediante formulario autoadministrado.
Dentro y fuera de farmacias
Entre los resultados de este estudio se destaca que el 80% de las y los estudiantes consumió alcohol en el último año y en promedio, lo toman 3,5 días al mes. El 36% tuvo un consumo elevado en los últimos 30 días mientras que el 10% del total de estudiantes presenta signos de uso problemático.
Respecto al tabaco se encontró que el 48 % de las personas consultadas lo consumió alguna vez, el 27% lo hizo en el último año y casi 17 % los últimos 30 días. Se observó que el consumo problemático de esta sustancia entre la población estudiada es mucho menor que el registrado en la población general en el mismo rango de edad (3,4 % frente a 14,9 %).
Entre las drogas consumidas por el estudiantado universitario el cannabis ocupa el tercer lugar: el 50% lo ha consumido alguna vez mientras que el 25% lo hizo en el último año. El 3,7% de las y los estudiantes presenta signos de uso problemático. Además, se encontró que mientras en la población general los varones con uso problemático de cannabis son el doble que las mujeres, en el ámbito universitario ambos sexos presentan el mismo porcentaje.
Respecto al acceso de las y los estudiantes al cannabis durante el último año, el 85 % indicó que lo obtuvo de otra persona que le compartió o regaló. Un 13 % declaró haberlo comprado a alguien que cultiva o que es miembro de un club y un 12 % lo adquirió en una farmacia.
El alto consumo de psicofármacos en la población universitaria, con cifras superiores a las de la población general, es uno de los resultados más relevantes de este informe. Se destaca que el 41% los consumió sin prescripción médica.
El 10% declaró haber tomado antidepresivos en el último año. El consumo de este fármaco en la población universitaria es sensiblemente mayor al encontrado en la población general en el mismo rango de edad, particularmente en las mujeres, donde se triplica la prevalencia de los últimos 30 días: 10 % frente a 3,4 %.
El 13% de las y los estudiantes consumió tranquilizantes y el 7% opioides, mientras que el 4% indicó haber consumido estimulantes al menos una vez en la vida.
El 6% de la población estudiada consumió cocaína alguna vez en su vida y el 1,4% declaró su consumo en el último año. El 8% dijo haber consumido alguna vez alucinógenos y el 6% éxtasis.
Fuente: udelar.edu.uy