Comer ese postre tentador o decir que no. Empezar a correr aunque cueste o quedarse en el sillón. Son dilemas simples que enfrentan la gratificación inmediata con las metas a largo plazo.
Lucía Álvarez estudió este dilema en su tesis doctoral, realizada en cotutela entre la Universidad de la República y la Universidad Complutense de Madrid. Su investigación incluyó a más de 1500 participantes —entre ellos, 60 parejas románticas— y se centró en el concepto de Consideración de las Consecuencias Futuras (CCF), es decir, en qué medida tenemos en cuenta el mañana al momento de tomar una decisión.
Lo novedoso es que la CCF no es un rasgo fijo sino que varía según el contexto. Hoy podemos considerar las consecuencias futuras de nuestras acciones, mañana no, y esa orientación puede variar también de una semana a otra. No se trata de afirmar “soy una persona que siempre piensa en el futuro”, porque la evidencia muestra que fluctúa según los distintos ámbitos de la vida.
La investigación siguió de cerca las decisiones vinculadas con la salud, el trabajo y las relaciones de pareja. En salud, las personas que consideran más el futuro tienden a adoptar hábitos saludables y a sentirse mejor consigo mismas. En cambio, centrarse solo en lo inmediato suele llevar a conductas que comprometen el bienestar.
En el trabajo ocurre algo similar, priorizar lo inmediato puede afectar el rendimiento y la salud laboral. En las parejas, cuando dos personas tienen niveles similares de CCF, reportan mayor satisfacción personal y con la relación.
Conocer cómo funciona esta toma de decisiones puede ser útil para diseñar estrategias educativas que ayuden a los estudiantes a sostener su formación, desarrollar campañas eficaces en temas como el consumo problemático de sustancias o la seguridad vial, o mejorar intervenciones en salud pública o seguridad laboral, incluida la prevención de accidentes.
Fotografías: defensa de tesis de Doctorado de la Dra. Lucía Álvarez