"Impacto vital en experiencias extremas. Estudio sobre el trauma psicosocial de los habitantes de la ciudad de Young en relación al siniestro ferroviario del año 2006"
En el año 2006 los habitantes de la localidad Young participaron de un programa de televisión en el que, si cumplían el desafío de remolcar a mano una locomotora y dos vagones una distancia de 75 metros, ganarían 30 mil dólares para arreglar la calefacción del hospital público. Al momento de realizar el desafío más de 2000 personas eran espectadoras, y según relatan las crónicas de la época, 300 jalaban de la locomotora, la que debido a la llovizna cobró mayor velocidad de la esperada y atropelló a asistentes y participantes del desafío. Ocho personas fallecieron y otras resultaron mutiladas.
El impacto que este accidente produjo en las personas que redicen en Young, y las estrategias de afrontamiento desarrolladas por la población, fue el tema escogido por Graciela Loarche para investigar en el marco de la realización de su tesis para la maestría en Psicología Social.
Según el análisis de Loarche, la población pudo integrar la experiencia traumática, pudiendo desplegar estrategias de afrontamiento que les permiten conservar su sistema de creencias básicas, su visión del mundo y de los otros. No obstante destaca que sería necesario habilitar espacios de atención a las personas que tienen un grado de afectación importante; así como la falta de recursos humanos en salud que impidieron el seguimiento de los afectados a nivel psicosocial.
Para la obtener estos datos Loarche analizó entrevistas semidirigidas realizadas a informantes calificados, personas que estuvieron presentes en el momento del siniestro, y que fueron referentes en la organización del evento. Para indagar respecto a las experiencias de cada sujeto aplicó el cuestionario de Valoración del Impacto Vital Ontológico, el que permite valorar el impacto de las experiencias extremas en la visión del mundo, la identidad y las creencias básicas; y el Inventario de experiencias extremas, compuesto por 24 items que sondean las experiencias de trauma, pérdida y crisis por las que pasaron 65 personas.
Respecto al afrontamiento posterior Loarche explica que las personas han aceptado que es por azar que les tocó pasar por la experiencia. “en general las personas pretenden entender por qué sucedieron algunos hechos y buscan otorgarle una lógica. En este caso, en varias declaraciones mencionan que han aceptado que lo ocurrido no tiene una lógica en el sentido de una comprensión intelectual.”
En lo que tiene que ver con los rasgos identitarios y su visión del mundo, el accidente no supuso un cambio en la identidad, afirma la investigadora. Tampoco hay una tendencia a identificarse como víctimas.
No consideran que hayan perdido en demasía la confianza en sí mismos. Los miedos específicos por lo ocurrido no parecen dificultar la vida, así como tampoco sienten que su vida se haya quebrado a partir del evento, ni que signifique una oportunidad de cambio.
Sin embargo, la autora puntualiza que de las entrevistas se desprende “la afectación psicosocial en situaciones que terminaron en el quiebre de vínculos y distancia afectiva”. Y que aún pesa el pacto simbólico sobre la asunción de responsabilidad colectiva ante el suceso. Por lo que se generan molestias por las demandas judiciales en tanto atentan sobre el pacto.
Loarche defendió su tesis el 20 de julio ante un tribunal integrado por la Prof. Dra. María José Bagnato (Presidente del Tribunal),Prof. Adj. Mag. Delia Bianchi (PIM-CSEAM) y Prof. Agdo. Mag.
Eduardo Viera.
La dirección de tesis estuvo a cargo de Director de Tesis: Dr. Pau Pérez-Sales, y la dirección académica de Prof. Agda. Dra. Alejandra López .