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Entre pastillas, diagnósticos y redes: debates de la segunda jornada del II Encuentro de la Red de Investigadores

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La segunda jornada del II Encuentro de la Red de Investigadores sobre Fármacos y Diagnósticos abrió un espacio de reflexión sobre los vínculos entre diagnósticos, sufrimiento psíquico, psicofármacos y redes sociales. Investigadores de distintas disciplinas compartieron estudios que dieron cuenta de cómo los medicamentos atravesaban duelos, malestares cotidianos, narrativas digitales y prácticas clínicas, mientras otros ponentes invitaron a pensar los desafíos que imponían las plataformas y las nuevas formas de comunicación en torno a la salud mental.
La jornada comenzó con la mesa Fármacos, diagnósticos y sufrimiento psíquico, en la que participaron la profesora de la Facultad Pilar Bacci; el docente Enzo Núñez; el psicólogo e investigador Leonardo Torres; la docente Nancy Calisto; y el sociólogo, doctor en Ciencias Sociales e investigador argentino Esteban Grippaldi.

Fármacos, diagnósticos y sufrimiento psíquico

Bacci se enfocó en la relación entre duelo y medicalización. Explicó que en muchos casos el dolor por una pérdida terminaba en diagnósticos psiquiátricos y en la prescripción de psicofármacos, lo que acortaba los tiempos de elaboración subjetiva. “No se trata de suprimir el sufrimiento, sino de acompañarlo”, sostuvo, al plantear que la patologización del duelo transformaba un proceso humano en un problema clínico.

Núñez abordó el modo en que los manuales diagnósticos clasificaron el duelo en distintos momentos históricos, desde el DSM-III hasta el DSM-5. Señaló que la incorporación de categorías como “trastorno depresivo mayor” reducía la complejidad del sufrimiento y ampliaba el campo de la medicalización. Afirmó que el duelo se convertía en “una enfermedad con fecha de vencimiento” cuando se fijaban límites temporales arbitrarios para definir qué era normal y qué no.

Torres analizó las terapéuticas aplicadas a personas en duelo, incluyendo psicoterapia y farmacología. Mostró cómo los tratamientos con psicofármacos tendían a imponerse sobre otras formas de acompañamiento, incluso cuando no había diagnósticos claros de depresión. “El duelo no se cura con pastillas”, advirtió, remarcando la importancia de habilitar espacios de escucha y sostén comunitario.

Calisto presentó la ponencia Figuras del psicofármaco como soporte para la vida a partir del análisis de metáforas utilizadas por quienes los consumen y quienes los prescriben. Explicó que tanto pacientes como médicos recurrían a imágenes potentes para describir el rol de los medicamentos: “muletas”, “salvavidas” o “paraguas” en boca de los usuarios; “enderezar un árbol torcido” o “ajustar un engranaje” en palabras de los prescriptores. Estas metáforas, afirmó, revelaban cómo los psicofármacos aparecían a la vez como sostén vital y como dispositivos de normalización de la conducta.

Grippaldi analizó testimonios sobre antidepresivos publicados en YouTube entre 2018 y 2025 en Argentina. Mostró que los usuarios relataban experiencias contradictorias: desde alivio y esperanza hasta frustración por efectos adversos y dependencia. “YouTube se volvió un espacio de socialización de malestares”, explicó, y planteó que estos relatos configuraban comunidades de apoyo que escapaban a la lógica médica tradicional.

Redes, plataformas, fármacos y diagnósticos

Una vez concluida la mesa anterior con un espacio de preguntas y respuestas, se dio lugar al conversatorio Redes, plataformas, fármacos y diagnósticos en el que participaron la magíster en comunicación, docente e investigadora argentina Milagros Oberti y nuevamente Esteban Grippaldi.

Oberti desarrolló la ponencia Redes, plataformas y comunicación, donde mostró que las redes sociales se habían convertido en escenarios centrales de producción de sentido en torno a la salud mental. Allí convivían experiencias íntimas de usuarios, recomendaciones médicas y estrategias de marketing, generando un entramado complejo donde “el meme y el diagnóstico circulan en el mismo feed”. Según Oberti, estas dinámicas amplificaban voces antes invisibles, pero también abrían riesgos de trivialización y desinformación.

Además, profundizó en cómo las plataformas digitales moldeaban subjetividades, al ofrecer no solo información, sino también identidades posibles. Sostuvo que la investigación debía atender a estas narrativas para comprender cómo los individuos elaboraban su malestar, negociaban con los diagnósticos y daban sentido al consumo de psicofármacos. Subrayó que ignorar estas formas de comunicación equivalía a dejar de lado una parte central de la experiencia contemporánea del sufrimiento psíquico.

Posteriormente, Grippaldi presentó Salud mental, subjetividades y redes sociales: posibilidades y desafíos de la investigación cualitativa. Explicó que las plataformas digitales no solo reproducían discursos médicos, sino que también habilitaban formas alternativas de subjetivación. Señaló que la investigación debía atender a estas narrativas para comprender cómo las personas daban sentido a su malestar y a su consumo de psicofármacos.

Caponi y da Silva Mazon cerraron la jornada con un balance sobre los desafíos de la investigación en salud mental y medicalización. Caponi retomó su crítica al sesgo de género en los diagnósticos y subrayó que “la pastilla no resuelve la desigualdad”. Por su parte, da Silva Mazon alertó sobre la colonización digital de la salud mental y defendió la necesidad de marcos éticos que protegieran a los pacientes frente a intereses comerciales. Coincidieron en que los debates debían articular la reflexión académica con la transformación de políticas públicas y prácticas clínicas.

 

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Publicado el Miércoles 1 Octubre, 2025

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