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Facultades avanzan en su compromiso con el Modelo de Calidad con Equidad de Género

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Las Facultades de Información y Comunicación, de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y de Química de la Universidad de la República (Udelar) recientemente obtuvieron el nivel 1 que certifica su compromiso con el Modelo de Calidad con Equidad de Género (MCEG). En este marco, el Portal de la Udelar dialogó con Victoria Espasandín, asesora de la Comisión Abierta para la Equidad de Género de Udelar y coordinadora para la aplicación del MCEG, para conocer el proceso de estos servicios, así como el trabajo que la Universidad viene realizando para impulsar la igualdad de género en la institución.

Espasandín explicó que el MCEG «es una herramienta para la igualdad de género que impulsa la Universidad de la República y sobre todo la Comisión Abierta para la Equidad de Género». Aclaró que todos los servicios pueden adherir de forma voluntaria y que al momento son 17 los servicios de la Udelar adheridos al Modelo. Quienes auditaron nivel 1 son las Facultades de Ciencias Sociales y de Ciencias Económicas y de Administración en 2017, de Veterinaria y Agronomía en 2018, de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), de Información y Comunicación (FIC) y de Química en 2021 y auditarán a fines de este año de Psicología y de Bellas Artes. Para el 2020 se prevé que se auditen para obtener el nivel 1 las Facultades de Ingeniería y de Veterinaria.

El MCEG es una guía certificable que por medio de acciones planificadas «apunta a transformar la cultura del servicio», buscando «cambios profundos en la formas de ser y hacer, en las rutinas y procedimientos». Por tanto, ve a las instituciones a través de sus prácticas explícitas e implícitas, formales o informales, agregó y remarcó que las instituciones definen, mantienen y reproducen las desigualdades, pero a su vez juegan un papel importante en el cambio social y sobre todo la Universidad por su función socializadora y su aspecto multiplicador. Por eso es que a través del modelo se pretende transformar la distribución desigual de poder en las relaciones entre los géneros y cambiar las relaciones entre las personas que habitan la Universidad, subrayó.

Voluntad política y compromiso

Por tanto, «en el nivel 1 hay un compromiso sobre la temática, hay un mecanismo que es el referente en promoverlo -las comités o comisiones- que va a liderar este plan de acción que luego va a requerir una evaluación y a partir de ahí se generará un ajuste que generará un nuevo plan», resumió. Aclaró que el modelo es una guía porque cada servicio tiene sus particularidades, contexto y énfasis en los aspectos que quiere trabajar. «El modelo es un espacio donde se visibiliza, se piensa y se acciona para promover la igualdad de género», indicó.
Sobre los procesos de adhesión al MCEG, comentó que en algunos casos tuvieron, como en la FIC, un compromiso muy fuerte de la decana desde su decanato con la asistencia académica; en el caso de FADU fue un grupo de docentes que pusieron el tema arriba de la mesa; y en el caso de Facultad de Química es la ex decana quien tiene un compromiso muy fuerte con la temática y participa activamente -más allá de que esté jubilada- en la Comisión de Género de la Facultad. Espasandín explicó que cada facultad tiene un trayecto diferente, las estrategias fueron diversas y surgieron desde distintos lugares, pero en todas, a partir de la voluntad política de los Consejos de Facultad de trabajar sobre las políticas de igualdad, se generaron los mecanismos y las comisiones y los comités, al igual que los espacios de cogobierno, asumieron la responsabilidad de implementar el MCEG. Espasandín destacó que en los tres servicios universitarios auditados las comisiones y comités de género trabajaron con «muchísimo compromiso y responsabilidad, dedicando muchas horas, aportando conocimientos, recursos, y mucho esfuerzo».

Desde su experiencia, el aprendizaje es la importancia de la voluntad política y el compromiso de las autoridades con estas temáticas, además de «la voluntad de todas y todes en promover esta transformación, hemos visto el compromiso de muchas personas en trabajar y trabajarse, sensibilizarse, capacitarse en la temática». En este sentido, afirmó que es necesario mirar la realidad a través de esta perspectiva teórica y metodológica, que es la perspectiva de género, y descubrir desigualdades, brechas, situaciones que son injustas, y frente a eso, revisar nuestras prácticas, nuestras formas de ser, y cómo nos interpela en lo personal y en lo colectivo. «Incorporar esta perspectiva permite identificar este problema, y ese es el gran desafío: identificarlo, visibilizarlo, traerlo a la luz», enfatizó. A partir de ahí, hacer un análisis y buscar posibles alternativas para revertir estas situaciones, buscar la transformación, el cambio social y «pensar que la Universidad es un actor más, con mucho potencial de transformación hacia la interna y también hacia lo que puede contribuir en la sociedad. Es un desafío enorme porque es el desafío del cambio cultural, que no es de un día para el otro», indicó.

Agregó que en la Universidad actualmente hay un entramado de género cada vez más fortalecido, que trabaja de forma articulada en, por ejemplo, el Centro de Estudios Interdisciplinarios Feministas del Espacio Interdisciplinario de la Udelar, donde surgen y se fortalecen muchos actores que potencian aún más este tema. «Estamos en un proceso de cambio super interesante, acompañando lo que sucede también a nivel social; la Universidad tiene una responsabilidad de revisarse y creo que lo está haciendo en pro de la igualdad de género», añadió.

 

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Equidad y género
Publicado el Miércoles 13 Octubre, 2021

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