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Grados 5 de Facultad de Psicológica advierten sobre los riesgos de crear un registro de niños con Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH)

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La pasada semana las Dras. Alicia Muniz y Adriana Cristóforo y la Mag. Yliana Zeballos participaron  en la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Representantes que estudia el proyecto de ley: Registro de niños en edad escolar con Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH), en el que a partir de este registro se daría a niños con diagnóstico de TDAH “una enseñanza especial basada en métodos conductistas”. El proyecto propone, además, la capacitación a docentes y acondicionar “una infraestructura edilicia acorde a brindar la mejor enseñanza para estos casos especiales”.

Las docentes advierten sobre la fiabilidad del registro en tanto sería creado a partir de diagnósticos que, tal como advierte el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en las observaciones realizadas al Estado Uruguayo en los años 2005, 2010 y 2015, y las investigaciones que desde hace diez años se realizan en la Facultad de Psicología, contemplan el síntoma de niños y niñas dejando de lado el contexto y otras dimensiones del sufrimiento infantil.

En 10 años de investigación sobre la temática las docentes han visto una variabilidad de situaciones en niños/as diagnosticados como TDAH, niños/as que no prestan atención en clase porque están bajo situaciones de violencia que van desde la negligencia hasta el abuso sexual, niños/as deprimidos que transitan duelos de diverso orden, niños/as que viven situaciones de pobreza extrema que genera una situación de estrés permanente, situaciones que no necesariamente responden a un déficit de atención.

Asimismo, advierten que los diagnósticos de TDAH son realizados cada vez a edades más tempranas, incluso antes que la Atención, como función, haya completado su desarrollo. En este sentido, especifican que los diagnósticos antes de los 5 años no estarían evaluando si existe o no una dificultad, ya que es en el entono de los 5 y 6 años de vida que la función de atención cuenta con el suficiente desarrollo neurológico y psicológico para ser voluntaria.

Sobre la creación de escuelas especiales

Las investigaciones realizadas por las docentes ponen de manifiesto que el diagnóstico estigmatiza y no ayuda a mejorar las condiciones de aprendizaje, así como su integración social, situaciones que se verían reforzadas por su traslado a escuelas especiales. En palabras de Alicia Muniz “el niño carga en su mochila con un diagnóstico en donde es él el que tiene un problema”, esta percepción sobre el lugar que tiene en la familia y en la escuela produce un efecto negativo sobre su identidad e imagen. Además, “supone ubicarlos en una situación de discapacidad que no tienen”, explica el documento presentado por las docentes.

El documento pone el énfasis en la educación inclusiva, en tanto Derecho Humano de niños y niñas de ser valoradas, comprendidas y apoyadas desde su singularidad, e implica un cambio de paradigma al momento de observar el problema de la exclusión socio-educativa. “Para garantizar una educación de calidad no necesitamos más escuelas especiales sino de una escuela inclusiva que valore las diferencias y la diversidad, y adapte la educación a las características de los estudiantes”.
Por su parte, a nivel institucional, el CEIP pretende que los Centros de Educación Especial se transformen en Centros de Recursos para apoyar la inclusión educativa, ya que evidencia  la segregación como un riesgo.

Al entender de las especialistas, “la cuestión debe centrarse en continuar capacitando a docentes de todos los niveles para su trabajo con la diversidad y singularidad de niños, niñas y adolescentes en un contexto determinado. La construcción de una mirada integral del maestro/a, profesor/a hace la diferencia en cuanto a las posibilidades de éxito en los procesos de aprendizajes”.

Preparación de maestros/as en enseñanza basada en métodos conductas

El proyecto de ley propone que la formación de maestros para trabajar con niños con diagnóstico de TDHA debe ser bajo métodos conductistas. En tal sentido, las investigadoras sugieren que se incluyan además, otras perspectivas teóricas que también han demostrado eficacia para el trabajo pedagógico con las características de estos niños/as. “El aprendizaje es un proceso intersubjetivo y singular por ello este método servirá a algunos niños y para otros será iatrogénico”.

Finalmente destacan la existencia de un Protocolo de Inclusión, aprobado por decreto presidencial en 2017, orientado a docentes e instituciones para trabajar con niños que presentan algún tipo de dificultad para acceder a aprendizajes, que ya incluye la formación de docentes.
Cada vez que se piensa en legislar cuestiones sensibles a niños, niñas y adolescentes, debe tenerse presente no estar vulnerando el derecho de los más jóvenes a no ser discriminados, a la inclusión y a una educación inclusiva.

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Publicado el Viernes 11 Septiembre, 2020

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