El II Encuentro de la Red de Investigadores sobre Fármacos y Diagnósticos abrió su primera jornada con una agenda de debates en torno a la medicalización, el rol de la industria farmacéutica y los desafíos contemporáneos de la salud mental. Investigadores de Uruguay, Argentina y Brasil compartieron estudios que pusieron en primer plano los efectos de los psicofármacos en mujeres, infancias y juventudes, las tensiones entre diagnósticos y mercados, y la urgencia de repensar las culturas asistenciales.
El decano de la Facultad, Enrico Irrazábal, dio apertura a la primera instancia del encuentro, desarrollado el 11 y 12 de agosto en el salón de actos Élida Tuana. Al destacar el contexto político de Uruguay, marcado por la discusión del presupuesto quinquenal y la demora en la implementación de la Ley de Salud Mental, subrayó la necesidad de dispositivos alternativos a los hospitales psiquiátricos y advirtió sobre el peso del sector privado y la industria farmacéutica en las políticas públicas. “Me asombró escuchar a psiquiatras decir: ‘Che, por favor, psicofármacos no’”, confesó, señalando que el debate ya no se centraba únicamente en la medicación, sino también en nuevas modalidades de abordaje.
Medicalización en poblaciones específicas, mujeres, juventudes y niñeces
La primera mesa de ponencias, llamada Medicalización en poblaciones específicas, mujeres, juventudes y niñeces, contó con la intervención de la doctora en filosofía argentina Sandra Caponi; la docente de la Facultad Gabriela Bruno; la psicóloga e investigadora Cristina Misa Knuth; la socióloga y docente argentina Eugenia Bianchi; y la magíster en comunicación, docente e investigadora argentina Milagros Oberti.
Caponi revisó el clásico Woman and Madness de Phyllis Chesler a cincuenta años de su publicación. Planteó que, pese al tiempo transcurrido, persiste un sesgo de género en la psiquiatría que duplica o triplica los diagnósticos en mujeres respecto de los hombres. Retomó la noción de “doble estándar” que patologiza tanto la sumisión como la rebeldía femenina y mostró cómo el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés) sigue reproduciendo estereotipos. “Mi cuerpo ya no es mío, es de la pastilla”, citó de un testimonio, para evidenciar la violencia epistémica y clínica sobre las mujeres.
Bruno presentó su investigación Uso de psicofármacos en la infancia: tema en debate en la prensa y entre los profesionales uruguayos. Allí, relevó titulares de prensa y entrevistas a profesionales, y mostró cómo la polémica se centró en la Ritalina y en la presión de organismos internacionales por su uso excesivo. Explicó que los psicólogos y psicoanalistas expresaban un rechazo fuerte, aunque matizado, al uso de medicación en niños pequeños: “Vivimos en el reino de la pastillita”, le dijo una profesional, denunciando que muchas veces los diagnósticos funcionaban más como control de la conducta que como cuidado de la salud mental.
Misa Knuth compartió hallazgos de su investigación cualitativa Mujeres y medicina: antidepresivos y sus efectos secundarios en la sexualidad. Relató cómo el deseo y el orgasmo se veían afectados, junto a sensaciones de pérdida de sensibilidad e incluso incapacidad de llorar. Varias entrevistadas manifestaron miedo a depender “de por vida” de una pastilla. Una participante sintetizó el dilema: “Tengo que sacrificar parte de mi goce por un bien mayor, que es mi salud mental”. La investigadora insistió en la necesidad de mayor información y sensibilidad profesional.
Finalmente, Eugenia Bianchi y Milagros Oberti presentaron Salud mental en mujeres jóvenes en pandemia en Argentina en el año 2022. Indicaron que su investigación reflejó que este grupo sufrió de manera diferencial los efectos del aislamiento y la crisis social, describiendo una “vida suspendida” atravesada por ansiedad, depresión y sobrecarga de cuidados. Señalaron que la medicalización funcionó como respuesta rápida, pero sin atender a las condiciones estructurales que agravaron el malestar. “No se trató solo de encierro, sino de desigualdades que se profundizaron”, resumieron.
Fármacos, diagnósticos y mercados
Tras un espacio de intercambio, se dio lugar a la mesa Fármacos, diagnósticos y mercados. Allí participaron la socióloga y profesora brasileña Marcia da Silva Mazon; la profesora de la Facultad de Psicología Andrea Bielli; el docente de la Facultad Santiago Navarro; la psicóloga e investigadora Lauren Predebon; y nuevamente Eugenia Bianchi.
Da Silva Mazon presentó la ponencia Plataformas digitales de educación y salud mental, donde alertó sobre la creciente mediación tecnológica en los diagnósticos y tratamientos. Indicó que estas herramientas respondían a lógicas de mercado y generaban nuevas formas de medicalización. “No se trata solo de algoritmos neutros, sino de sistemas con intereses comerciales”, advirtió.
Bielli desarrolló la presentación Medicamentos hipnóticos y marketing del sueño en Uruguay. Explicó cómo el marketing redefinía el insomnio como enfermedad y promovía el consumo de fármacos en detrimento de abordajes integrales. Señaló que el descanso se convertía en mercancía y alertó sobre los riesgos de dependencia.
Navarro presentó el estudio La industria farmacéutica en Uruguay: perspectivas de psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas, donde constató tensiones entre la práctica clínica y la influencia de laboratorios. Abordó el reconocimiento de los profesionales sobre la presión de los visitadores médicos y la medicalización como salida rápida, aunque no siempre adecuada. “La industria crea necesidades y condiciona nuestras prácticas”, recogió como síntesis de varias voces.
Posteriormente, Predebon realizó la presentación Más allá del diagnóstico: El uso de psicofármacos estimulantes para la mejora cognitiva y sus implicaciones en el mercado farmacéutico, donde señaló que esta tendencia abría un mercado vinculado al rendimiento académico y laboral, con implicancias éticas sobre equidad y autonomía. “Ya no se trata de curar, sino de potenciar”, sostuvo, cuestionando la normalización de la neuromejora.
Por último, en su segunda intervención Bianchi presentó el estudio Mercado de benzodiacepinas en Argentina, 2003-2023, donde mostró cómo la prescripción de esta droga se mantuvo alta pese a las recomendaciones de limitar su uso y denunció la dependencia estructural que generaban. Explicó que las benzodiacepinas se habían convertido en una de las respuestas más difundidas al malestar social y económico.
Crisis y reformas contemporáneas en salud mental: el reto de tejer nuevas culturas asistenciales
Para el cierre de la jornada se presentó la conferencia Crisis y reformas contemporáneas en salud mental: el reto de tejer nuevas culturas asistenciales, a cargo del doctor en antropología y profesor español Ángel Martínez-Hernáez.
En su exposición, el docente catalán propuso superar el modelo biomédico y apostar a formas comunitarias y horizontales de cuidado. Señaló que la crisis actual no era solo de recursos, sino de paradigmas: “Necesitamos tejer nuevas culturas asistenciales, basadas en la confianza, la proximidad y el reconocimiento de la diversidad”. Invitó a pensar la salud mental como un derecho y no como un bien de mercado.