La Diplomatura en Psicogerontología convirtió un día entero en un espacio de encuentro, diálogo y reflexión profunda sobre la vejez, donde estudiantes, docentes y referentes del ámbito compartieron experiencias, investigaciones y prácticas que desafían estereotipos y promueven derechos, autonomía y participación social para las personas mayores. A través de mesas de trabajo, intervenciones y presentaciones de proyectos, se puso en valor la riqueza de las perspectivas interdisciplinarias y se visibilizó el compromiso de quienes trabajan por transformar la manera en que la sociedad entiende y acompaña los procesos de envejecimiento.
La actividad, realizada con motivo del cierre del trabajo de la cohorte 2023 de la diplomatura y la bienvenida a la generación 2025, fue organizada por la Diplomatura, el Núcleo Interdisciplinario de Estudios sobre Vejez y Envejecimiento (NIEVE) y el Instituto de Psicología Social. El encuentro tuvo lugar en el salón de actos Élida Tuana de la Facultad de Psicología y fue transmitido en vivo a través de su canal institucional de YouTube.
Una trayectoria colectiva en la formación sobre vejez y envejecimiento
La jornada inició con una mesa de apertura en la que intervinieron el decano de la Facultad, Enrico Irrazábal; la directora del Instituto de Psicología Social, Silvia Franco; el coordinador del Núcleo Interdisciplinario de Estudios sobre Vejez y Envejecimiento (NIEVE), Fernando Berriel; y la directora académica de la diplomatura, María Carbajal.
Irrazábal destacó los orígenes del trabajo académico en torno a la vejez en la Facultad de Psicología. Recordó los inicios del antiguo Servicio de Psicología de la Vejez, surgido a fines de los años ochenta a partir de una solicitud del Banco de Previsión Social, cuando un pequeño grupo de docentes y estudiantes comenzó a abordar las problemáticas del envejecimiento en el país. Subrayó la importancia de comprender los procesos históricos de construcción de este campo y mencionó los desafíos actuales vinculados al cuidado, la implementación de la Ley de Salud Mental y la necesidad de repensar las políticas públicas frente al envejecimiento de la población uruguaya.
Franco, por su parte, celebró el cierre de una cohorte y el inicio de otra, resaltando la integralidad de la diplomatura al articular enseñanza, investigación y extensión. Valoró la formación de profesionales capaces de responder a las demandas sociales relacionadas con el envejecimiento y destacó el vínculo entre la academia y los campos profesionales. Agradeció al equipo docente por su trabajo sostenido y al estudiantado por su compromiso, señalando que el programa representa un ejemplo del diálogo entre universidad, comunidad y territorio.
Por otro lado, Berriel enfatizó la consolidación del posgrado gracias al esfuerzo colectivo y a la colaboración de docentes nacionales e internacionales. Planteó que la sociedad uruguaya —incluida la academia y la psicología— sigue atravesada por el viejismo, y que la formación en psicogerontología debe contribuir a desnaturalizar esas prácticas. Defendió el papel transformador de la universidad al formar profesionales capaces de resistir y crear alternativas frente a los modelos institucionales tradicionales. Finalmente, la directora académica, María Carbajal, expresó su agradecimiento al equipo y al estudiantado, explicó la dinámica de la jornada y destacó la publicación de los trabajos en el repositorio Colibrí. Señaló el alto nivel académico de la diplomatura y la necesidad de avanzar hacia una futura maestría en el área.
Aprender toda la vida: la educación como oportunidad para reconfigurar la vejez
La jornada contó con la conferencia central “El aprendizaje en las personas mayores: desafíos y oportunidades”, a cargo de la coordinadora de la Diplomatura en Recursos Psicogerontológicos de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), Ana Kass.
Kass centró su exposición en el sentido del aprendizaje a lo largo de la vida y en la necesidad de repensar los procesos educativos en la vejez. Señaló que aprender no consiste solamente en adquirir conocimientos, sino en sostener una actitud vital de apertura y curiosidad que permite resignificar la experiencia y seguir construyendo identidad. Desde esa perspectiva, destacó que en las personas mayores el aprendizaje se vincula con la posibilidad de mantener la autonomía y el deseo, y de proyectarse en nuevos vínculos y formas de participación social.
La invitada subrayó que las políticas y prácticas educativas orientadas a la vejez deben partir de una mirada que reconozca a las personas mayores como sujetos de derecho y de deseo, no como receptores pasivos de cuidados. Cuestionó los discursos viejistas que reducen la vejez a pérdida o declive, y propuso pensar el aprendizaje como una herramienta de transformación personal y colectiva. En ese sentido, planteó que educar y aprender en la vejez es también un acto político, porque implica disputar los sentidos sociales sobre qué vidas son consideradas valiosas y qué saberes merecen ser escuchados.
Finalmente, destacó la importancia de los espacios educativos intergeneracionales y de las experiencias grupales que favorecen la expresión, la creatividad y el intercambio de saberes. Consideró que los procesos de aprendizaje pueden contribuir a reparar historias, generar reconocimiento y construir comunidad, especialmente en sociedades donde el aislamiento y la infantilización de las personas mayores siguen siendo frecuentes. Para Kass, “aprender toda la vida” es una forma de seguir habitando el mundo con otros y de reafirmar la dignidad en cada etapa del ciclo vital.
La psicogerontología como campo colectivo y en defensa de derechos
La psicogerontóloga Paula Dodera, representante de la Asociación de Psicogerontología del Uruguay (APGU), presentó el trabajo de esta organización fundada en 2019 por egresadas y egresados de la diplomatura, junto a profesionales formados en el país y en el exterior. Explicó que la asociación busca desarrollar y visibilizar el campo de la psicogerontología en Uruguay, promover la inserción laboral de sus integrantes, mejorar las prácticas profesionales y defender los derechos de las personas mayores.
Destacó la participación de la APGU en espacios como la Institución Nacional de Derechos Humanos y el Consejo Consultivo Ampliado del Ministerio de Desarrollo Social, y subrayó la necesidad de construir una mirada no viejista, capaz de cuestionar las representaciones hegemónicas sobre la vejez. Finalmente, remarcó la importancia del colectivo como ámbito de sostén e intercambio profesional frente a la soledad o la fragmentación del trabajo individual.
Una jornada de diálogo y aprendizaje: mesas de presentación de la cohorte 2023
La jornada fue el espacio propicio para la realización de numerosas mesas de trabajo a cargo de estudiantes del Diplomado en Psicogerontología, cohorte 2023, quienes presentaron sus trabajos finales con motivo de su egreso.
Estas mesas fueron: “Vejez y participación: derechos, territorios e identidad”, con exposiciones de Rodrigo Caulín, Claudia de los Santos, Andrea González y Facundo Ibiñete, moderada por la profesora Mónica Lladó; “Arte y cuidado: encuentros significativos en la vejez”, con ponencias de Milena Garzón, Daniela Giglio, Francia Pallottini y Tamara Andrade, moderada por la profesora Adriana Rovira; “Escenarios de cuidados, afectos y subjetividades”, presentada por Sylvia Loustau, Marianela Mazzoni, Luciana Peláez y Claudia Trías, con la moderación de la docente Lucía Monteiro; “Clínicas no viejistas I”, integrada por Alison Lacabanna, Samuel Martins y Halina Neuhauser, moderada por la docente Florencia Martínez; y “Clínicas no viejistas II”, con presentaciones de Nicolás Umpierrez, Fabricio Zapater y María José González, moderada por Fernando Berriel.