Se recibió como licenciado en Psicología en la Universidad de la República (Udelar) en el año 1996 y en 2014 lo hizo como magíster en Psicología Clínica en la misma casa de estudios. En la actualidad cursa un doctorado en Psicología.
Desde el año 1999 es docente de la Facultad de Psicología donde integra el grupo de trabajo del programa Psicoanálisis y Lazo Social del Instituto de Psicología Clínica. Además, fue miembro fundador de la revista Querencia.
Tiene experiencia en el área de Psicoanálisis, en estudios de masculinidades y en el área de violencia doméstica. Profesionalmente se ha desarrollado como terapeuta de varones denunciados por ejercer violencia doméstica, con población civil y policías agresores. Participó de la primera fase del sistema de tobilleras.
Es autor del artículo "Reflexiones en torno a la transmisión generacional. Articulaciones entre el dolor y la violencia doméstica", texto presentado en el Coloquio "Políticas del dolor, la subjetividad comprometida" y publicado en el libro "Políticas del Dolor. La subjetividad comprometida. CSIC, 2016. También es autor del libro "Violencia con uniforme. Cuando el denunciado por maltratar a su pareja es un policía", CSIC, 2016.
Ha presentado publicado varios textos sobre violencia doméstica y realizado exposiciones centradas en el perfil del varón agresor.
Instituto de Psicología Clínica
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El psicólogo Gonzalo Corbo trabajó en Sanidad Policial y allí entrevistó a doce policías denunciados por violencia doméstica. Su tesis de maestría fue ese trabajo que publicó en marzo en un libro: “Violencia con Uniforme”.
Afirma que la función policial ejerce una incidencia clara en casos de violencia doméstica, pese a que no es el único elemento:
“Estas personas están acostumbradas a una ley policial que les impone que ejercen la profesión durante 24 horas, no pueden hacer una omisión. Eso de alguna manera en la práctica también lleva a inundar los vínculos personales”.
Corbo afirma que en Estados Unidos se han desarrollado estudios más exhaustivos sobre este tema. Allí se establece el vínculo entre la función policial y suicidios, divorcios y violencia doméstica.
Dijo que los policías trabajan muchas horas y tienen poco contacto con la población civil que tiene de ellos una valoración negativa:
“Muchas de estas personas son entrenadas para estar en situación de dominio y poder y a veces se hace muy difícil dejar el trabajo en el trabajo y comportarse como personas distintas a la violencia que muchas veces percibieron o ejercieron contra otros”.