Envejecimiento y Vejez desde el campo de la psicología social, con especial énfasis en el trabajo con grupos, organizaciones sociales, procesos de de retiro laboral, educación para la tercera edad, participación ciudadana y políticas públicas.
Instituto de Psicología Social
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Cuando me propuse realizar una nota sobre vejez y género, además de ser muy bien aceptada por la organización, pensé que la nota requiere un ciclo de notas, porque el tema es muy amplio, por lo que está será la primera de muchas notas que abordarán diferentes cuestiones vinculadas al tema de relacionar vejez y género. Esta primera nota además de ser introductoria al ciclo también recordará a una luchadora social como lo fue Silvia Tron.
La demografía nos dice que porcentualmente hay más mujeres que llegan a viejas que hombres, un poco más del 60%, según Censo 2011. Este simple dato pone en cuestión muchos aspectos no considerados a la hora de pensar políticas públicas. El dato se maneja desde las primeras asambleas de la ONU en los ’90, y recién en la reforma de seguridad social de 2008 se incorporó la compensación de años por hijos para las mujeres y la regulación del trabajo doméstico, pero no de para las trabajadoras domésticas (que son muchas más que las que perciben salario). La reforma en discusión hoy aún deja a las mujeres como variable de ajuste pero no con más derechos.
Las denuncias sobre las diferencias de género se remontan en la historia occidental, a los estoicos, en el siglo III a.c. que defendían la igualdad de genero. En la historia de la humanidad muchas mujeres y hombres dieron sus vidas literal y figuradamente para lograr la igualdad primero y luego la equidad. Dentro de esas luchadoras se encontraba Silvia Tron, una feminista valdense y colorada, que, como buena luchadora por los derechos de la mujer, con el tiempo reconoce que debe ligarse esa lucha a la defensa de los derechos en la vejez. Esta trayectoria no es rara para otras feministas, porque una sigue envejeciendo en la desigualdad. Silvia, dedicó sus últimos 30 años de vida al trabajo social por las personas mayores fundando CICAM. Fue admiradora de Simone de Beauvoir y fue a París tras sus pasos, y testigo de las convulsiones de los ’60, compartía con ella un estilo caustico y presta a polemizar. Ya que estamos en París, viene bien recordar que, durante la revolución francesa, muchas mujeres salieron a las calles y arriesgaron su vida por la libertad (no tenían mucho que perder). Entre ellas estaba Olympe de Gouges, que luego de su heroico apoyo a la revolución fue guillotinada por creer demasiado en la libertad y la igualdad, cuando redactó la Declaración de Derechos de la Mujer y la Ciudadana. No sé si Silvia conocía este dato, pero seguro lo hubiera atesorado, con su característica curiosidad y talento para incorporar ideas nuevas que le ayaduran a ver y transformar el mundo.
Silvia murió este 25 de enero en Colonia Valdense, dónde nació, y no es casual. Eligió volver para reencontrarse con sus raíces. Silvia se fue pero la lucha por los derechos de las personas mayores continua. Si bien nuestro país es adelantado en terminos de derechos, y si bien es indispensable reconocer conquistas y luchadores, para saber de dónde venimos, no sólo de orgullo vivimos. Hay mucho por hacer aún en terminos de equidad de genero y justicia social.
Salud Silvia!!
Juntas y desde las diferencias seguiremos construyendo equidad en las intersecciones de vejez y genero.
Continuará…
Mónica Lladó